Menú

Zapatero en Marruecos

Nada urge más que una general estrangulación de la retórica, dijo un buen día Ortega, pensando en Hispanoamérica. Qué no diría don José si levantara la cabeza y escuchara a José Luis, Rodríguez el Empalagoso, que va a dejar España saturadita de hiperglucémicos.
 
Urge, la estrangulación de la retórica. Sobre todo si empalaga y satura. Y qué decir si se perpetra para aventar zapateradas como las proferidas por el presidente por accidente desde Marruecos, ese país que vive, ¡uf!, en pleno "afianzamiento de la democracia y las libertades".
 
Se pueden decir más falsedades en menos tiempo, sí. Pero no está al alcance de cualquiera. Ni siquiera del propio Zapatero, si es que decide, pasado un tiempo y en una noche calma, releer el discurso con que ha adulado al Comendador de los Creyentes, Mohamed VI el Represor (de demócratas, de periodistas, de saharauis, de...)

Herramientas

0
comentarios