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Regreso al Futurama y ciencia bolivariana

Las ciudades españolas, todas de amarillo por la llegada de Homer Simpson y su trouppe a las pantallas. La otra gran serie del mismo autor, Futurama, vuelve. Pero también a las pantallas grandes.
 
Todavía no hemos creado la ciencia vasca o la ciencia catalana. Pero nos tenemos que conformar con la ciencia bolivariana. Habrá quien la critique. Incluso hay quien pide que la cineciología no le mate.
 
Y es que la ciencia regional se tiene que aprender desde niño. Por ejemplo, ya proponen que haya clases obligatorias de flamenco en primaria y secundaria.
 
Claro, que la ciencia bolivariana está a la par con la economía Zimbabwenense. Lean, si no, al futuro Nobel de Economía Robert Mugabe. Resulta que no hay agua porque las bombas no funcionan y que hay pacientes que mueren porque las máquinas de diálisis tampoco van. La gente se queja, y el propio Mugabe anima a la gente a presionar a los gestores locales. Y añade:
Donde no haya dinero, lo imprimiremos.
Freakonomics se fija en un artículo de Steven Pinker que trata de ideas peligrosas. Las que saldrán de preguntas como:
¿Ha mejorado el estado del medioambiente en los últimos 50 años?
 
¿Tienen los hombres una inclinación natural a la violación?
 
¿Estaría mejor la sociedad si estuvieran legalizadas la heroína y la cocaína?
 
Nosotros añadimos una pregunta más: ¿Hasta dónde tiene que llegar la lucha contra las drogas? ¿Llegará a prohibir los aires acondicionados?
 
Por cierto que el lector informado del WSJ nos lleva a otro artículo de Steven Pinker, éste en The New Republic, en el que el autor da cuenta de las últimas investigaciones, que muestran que los hábitos familiares son los que crean la sensación de pertenencia a la familia, no los genes. También dice que si empezamos a saltar como monos de rama en rama de nuestra familia, descubriremos que tendremos infinidad de parientes famosos. Lejanos, pero famosos. George W. Bush es primo lejano de John Kerry o Al Gore, pone como ejemplo.

Ciencia bolivariana, economía de Zimbabwe... ¿Qué nos falta? Nos falta Nacionalismo y cultura, claro está:

Y Barcelona, ¿acaso Barcelona no era una ciudad más abierta y liberal, más viva y atenta al mundo, en los años sesenta del siglo pasado, cuando se convirtió en capital y meridiano de la literatura hispanoamericana, que hoy, cuando hay inspectores lingüísticos y la cultura, oficializada por los mandarines nacionalistas, ha pasado a ser un ingrediente de la meritocracia identitaria?
Eso en Bye Bye Spain, porque en Criterio vemos a Ivan Tubau diciendo lo siguiente:

Dado que los primeros conocimientos formalizados se adquieren con mayor facilidad y eficacia en la lengua materna o usual, que para la mayor parte de los niños catalanes es el español o castellano, lengua oficial en Cataluña, la lengua vehicular en las escuelas públicas de Cataluña no será el castellano sino el catalán, asimismo oficial, pero minoritario y por tanto más débil. Han dado, diría Saussure, preferencia a la langue (superestructura imaginaria) sobre la parole (realización concreta en cada hablante).

Una aberración sin paliativos, sin justificación. Salvo que el fanatismo justifique.

Claro, que luego apela a Carrillo:

Carrillo, vuelve a decirles aquello: dictadura, ni la del proletariado; pero con la pequeña variación que te propongo en el título. Los catalanes civilizados te lo agradeceremos.

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JCR

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2
comentarios
1 , día

Tiene buena pinta. Gracias por la cita, José Carlos.

2 JCR, día

De rien. Veremos si la cosa arranca y le gusta a la gente.