Miguel Bardem, sobrino de Pilar, miembro de la familia de la Bardemcilla, donde el ERE total cerró la barra a precio requeté, primo de Javier, el de No es país para viejos, autor de una miniserie sobre el asesinato de Luis Carrero Blanco, en la que cuenta -mal- aquel magnicidio, prueba suerte en otra obrita para TVE, en la que cabe todo, sobre la figura del desconocido general Juan Prim y Prats, en cuyo año de celebración del bicentenario estamos, aunque no se note.
Por cierto que el PP, partido en el Gobierno, ha tenido un éxito nulo en su tardía petición al Ejecutivo de sus entretelas para que divulgue y proclame la figura del general que fuera presidente del Gobierno en 1870.
Siguiendo la tradición de la parte tortuosa de la industria cinematográfica española, que vive de subvenciones y de ahorrar el chocolate del loro, ha dirigido una película sobre Prim en la que, según mis noticias, repetirá gran parte de las falsas leyendas del asesinato y en la que no aporta nada a la comprensión ni difusión de la figura del ilustre prócer.
En la Comisión Prim, visitamos a varios jefes de contenido de las teles españolas para ver de terminar nuestro documental y no lo conseguimos porque los jefes visitados nos decían: "Prim, ¿pero quién es Prim?". Los que han oído hablar de él creen que es el único catalán que fue presidente del Consejo de Ministros de España, lo cual también es mentira.
En efecto, el general Prim sigue siendo en España un gran desconocido, a pesar de la Academia de la Historia, a cuya tarea ha contribuido como pocas la acción de la Sociedad Bicentenario presidida por el secretario de los vinateros, Pau Roca, en cuyas conferencias en el Círculo Ecuestre bostezaban las presentadoras de TV3. En el diario ABC, y lo digo con respeto, porque soy lector habitual, en el que colabora el divulgador García de Cortázar, el pasado jueves 8 de mayo se publicaba en la página 52, de "Cultura", primer párrafo, precisamente en un anuncio de una conferencia del propio Cortázar, que Prim fue "el último presidente del Gobierno de la I República", en el colmo de la ignorancia.
García de Cortázar es el historiador que acoge en el aula de Vocento, que dirige, a su amistad peligrosa y "catedrático ful" (que se hace pasar por lo que no es), Emilio de Diego García, que divulga en sus libritos, uno de ellos fatalmente publicado por el Congreso de los Diputados, otra mentira histórica como es que el presunto asesino de Prim, Paul y Angulo, volvió a España en 1885, lo cual es falso de toda falsedad.
La película del primo Bardem, que a manera de gran pastiche, pretende poner un final en el que se haga compatible la gran mentira histórica con los hallazgos obtenidos a la luz de la ciencia del siglo XXI, recogidos directamente de la prensa o de internet, y sin contrastar con los autores, lo contrario de lo que hacen en Hollywood, donde siempre van a las fuentes autorizadas, por eso la producción española fracasa, coincidirá en su estreno con la emisión en la Primera Cadena del documental impulsado por Carles Tubella, responsable en Reus de todo lo que sale mal en el Any Prim.
Este documental que Tubella logró autorizar diciendo que la productora catalana iba a rodar para el archivo del Ayuntamiento, pero copiando en realidad la idea de la Comisión Prim y fabricando de tapadillo un producto comercial, ahora se ha vendido a TV3 y a TVE. En este trabajo, por deseo de los productores, los protagonistas, pertenecen a la cúpula de la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense y son autores del bochornoso contra-informe sobre la única autopsia de la momia de Prim (que pueden consultar íntegro en mi página web), cuya parte más representativa está ahora imputada por falsedad en peritajes por un juzgado de Madrid, lo que pone en peligro la emisión del engendro en TVE, si aún siguen teniendo vergüenza torera.
El documental resulta inviable para la cadena pública porque los forenses implicados están siendo investigados, según el propio diario ABC informa a toda página. Emilio de Diego, principal preboste histórico de la conmemoración del Any, fue elegido por los dos grandes ignorantes oficiales de la figura de Prim, Pau Roca y María José Rubio. Mientras que el requetenchufado de la Cámara de Comercio y emboscado en la comida de colegas periodistas toca el trombón con su patético "¡A mí plim!" en el mon de Reus, en salutación del poder que le alimenta.
Ni Bernardo Perea, ni José Antonio Sánchez, responsables directos de los nada científicos informes sobre el caso Bretón y Prim han dimitido de sus respectivos puestos de representación, con lo que tanto están dañando a la Complutense. José Antonio Sánchez, presidente de la Asociación Española de Antropólogos Forenses, con el trago que está pasando, no ha tenido ánimo para celebrar la reunión prevista para estos días con los asociados, pero sin embargo sigue siendo el director del Museo Reverte Coma, padre de la Antropología Forense en España y figura con prestigio mundial, a la que su deficiente desempeño profesional tanto desmerece.