
Libertad de expresión, no de agresión
Recuerda: es raro que un maltratador llegue a la agresión física sin antes pasar por las agresiones verbales: desprecios, humillaciones, insultos...
Por eso, al primer signo de maltrato, hay que pararles los pies.
Pues con las agresiones a grupos humanos, pasa exactamente lo mismo.
Humillar, despreciar o insultar, sea a una persona o sea a un colectivo, NO es libertad de expresión, sino el indicio seguro de que las agresiones físicas llegarán, antes o después.
Nunca se hubiera podido llegar, por ejemplo, a las cámaras de gas, sin la imprescindible contribución de tanto intelectual que explicaba, con toda erudición, por qué los judíos eran los culpables de todos los males de Alemania.
Como tampoco se habría podido llegar a las cámaras de gas sin la imprescindible contribución de tanto gracioso, que hacía unos chistes de judíos estupendos.
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