
Cuando un militar muere
“Yo le pregunté al Presidente que qué haría él en mi lugar porque yo no sabía qué contestar a mi hija. Y el me dijo que perfectamente estaba en mi lugar porque a él le habían matado a su abuelo”
(María Jesús González, madre de Irene Villa,
ayer, en la COPE)
***
(María Jesús González, madre de Irene Villa,
ayer, en la COPE)
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También mi padre fue condenado a muerte. En el Madrid de 1939. Era coronel, entonces. Militar de carrera y republicano. Lo salvó el azar. De la muerte; no de ver destruida su vida. Pero jamás le oí más lamento que éste: “cuando un militar profesional muere a causa de su oficio, no está haciendo otra cosa que justificar su sueldo”. A él le hubiera avergonzado – y, con él, a los jóvenes oficiales republicanos de los años treinta – que alguien pudiera confundir la tragedia de un profesional de las armas que combate y pierde con la de una niña de doce años, a la cual, al albur, una indiferenciada bomba amputa las piernas. A él, que fue socialista desde los años veinte, le hubiera avergonzado que un Presidente socialista pudiera llegar a decir tal cosa. O no. No. No hubiera podido siquiera llegar a imaginarlo.
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Estoy contigo, Lucrecio. La actitud de tu padre es la esperada de un militar profesional. La muerte a causa de su oficio va incluida en el sueldo. A mi padre, un humilde guardia civil, soldado raso por tanto, siempre le oi decir lo mismo, y actuar en consonancia con ese pensamiento en sus servicios, en los que más de una vez puso su vida en riesgo. Esa actitud es la honra y dignifica a cualquier militar, cualquiera que sea el bando beligerante en el que esté integrado. No vamos a entrar a enjuiciar en las causas por las que fuera procesado -sumariamente, supopngo, por un consejo de guerra del Ejército nacional, dada su condición de oficial del Ejército leal a la República-, condenado y ejecutado; baste apuntar que fue en época de guerra, donde se cometieron tropelías por ambos bandos. Sin embargo, de ser cierto lo que se dice por la red, que un capitán por la zona de León, habiendo hecho prisionero a un falangista herido ordenó enterrarlo hasta el cuello, y practicar el tiro al blanco sobre la única parte que sobresaría de su cuerpo: la cabeza. De ser cierto esto, digo, NO CABE MÁS VILLANÍA, NI EN EL ABUELO, NI EN EL NIETO. ¡Ah! y de haber estado integrado el falangista asesinado en una unidad militar, como es previsible, habría violado las leyes de la guerra, que obligan a los contendientes a cuidar de los prisioneros hasta la finalización del conflicto armado.
Al hilo de mi anterior comentario, y buscando siglas para intitular debidamente al Sr. Rodríguez Zapatero, se me ocurren las de M.B.S. que no son las de Muy Benéfico Señor, sino las de Malvado Bobo Solemne.
Lo que demuestra el personaje ( ZP ) con su respuesta es la profunda amoralidad e insensibilidad que le acompañan. Nunca he visto un presidente de nación democrática que disimule menos ante los ciudadanos de bien, para los que siempre tiene desprecios, insultos y canalladas preparadas a la vez que distingue con lisonjas, piropos etc a cualquier tirano, aprendiz de dictador o asesino. Mientras, al rebaño español no le molesta, no le incomoda, ya estamos en febrero y se acercan las vacaciones de Semana Santa.
TRENES ¿De dónde hemos sacado al petimetre que sonríe sin tino y almibara su tono como si le extasiara lo que evacua? ¿Cuándo antepuso algún país adulto ir de pitiminí y huir de lo que fuimos, aplaudiendo volver al orinal? Somos lo que nos peta y ahora toca cantarle al abuelito y pedir que no miren mientras nos ajustamos los pañales.
Mi abuelo era militar. Casi no lo conocí. Se levantó en armas contra la República en Barcelona. Fracasó, y no lo condenaron a muerte, que hubiera sido lo normal, porque el juez era familiar de su superior y se libraron los dos; de la muerte. Se pasó la guerra entre Montjuitch y el barco-prisión Uruguay. A paliza diaria. Con la retirada republicana de Cataluña, lo arrastraron hasta Francia de donde fue rescatado. Le quedaron unas cuantas secuelas físicas, pero no mentales, al menos no tantas como a Rodríguez, que no hizo la guerra pero que actúa como si la hubiera sufrido él. Fueron los correligionarios de ZP y aliados de entonces (los mismos de ahora) quienes torturaron durante años a mi abuelo. Cosas de la guerra y del odio. Crecí ajeno a todo eso, ¿cómo puedo odiar ahora a gente que no conocí por el mal infligido a mi abuelo cuando en mi casa no se mencionaba el asunto porque era agua pasada?. Finalizo: que ZP se deje de paces perpetuas y que la busque con los fantasmas de los que mataron a su abuelo. Algo ganaremos.
Esto ya da mucho miedo. Empiezo a pensar que el señor presidente del gobierno está mal de la cabeza. Su egolatría no le deja ver más allá de sus narices, y es incapaz de cualquier sentimiento de empatía. Esta es la definición de manual de la maldad psicopática, la de los asesinos en serie, la de los pederastas. Es incapaz de sentir compasión ante el sufrimiento ajeno. En su locura ha venido a decirles a victimas de atentados tan atroces como Irene Villa, que se tiene que aguantar. El también se aguantó porque en la guerra mataron a su abuelo. Hace setenta años. Era un militar, adulto, en una guerra, y él no llegó a conocerlo.¡Pero él lo asimila! Si me lo llega a decir a mí, y es a mi hija a la que arrancaron las piernas con doce años, tendría que contenerme mucho para no contestar ante tamaño insulto con una bofetada. Porque sólo intenter comparar las situaciones es un insulto al dolor y a la inteligencia. Claro que para ZP, es mucho más importante el recuerdo "mistico" de ese abuelo que no conoció, porque es SU abuelo. A los demás que nos vayan dando. Ahora me acuerdo de Pilar Manjón, que tratando de descalificar a Alcaraz - y supongo que a Buesa, a Mayte Pagaza, a Consuelo Ordoñez, a tantos otros - salió con que los hermanos no eran víctimas. Sólo ella, se entiende, los es.¿Si mataron a tu abuelo hace 70 años, en una guerra, siendo militar,previo proceso - por parcial que sea, existó, eres víctima? Si tienes un EGO que no cabe en las mayúsculas, como ZP, parece que sí. A un hermano de mi abuela que era teniente general lo mató la eta. Yo sí le conocía, pero no se me pasa por la cabeza considerarme víctima. Ni siquiera se considera tal mi abuela, teniendo motivos. El victimismo va con el carácter, y no es una virtud. Para acabar, por Dios que alguien me confirme si ZP realmente vino a negar el Holocausto en cena con amigos y con Elena Benarroch, que es judía y creo que le paró los pies. Si esto es cierto, es que está loco de atar. Se confirmaría mi tesis.
Mi abuelo (sólo de abuelos podemos hablar después de haber pasado el umbral del siglo XXI) no vivió, afortunadamente, situaciones tan sobrecogedoras como algunas que aquí se han relatado; pero sí atravesó por una experiencia singular: fue acosado por los dos bandos y, acaso, sólo la buena suerte lo librara de consecuencias fatales. Como destacado militante provincial del Partido Republicano Radical, ocupó la presidencia de la Diputación durante cinco años. Su notoriedad como miembro de un partido burgués le atrajo la inquina de las organizaciones revolucionarias: sufrió todo tipo de amenazas y figuró en las listas de objetivos terroristas. En una ocasión, estuvo al borde del atentado mortal. Sólo con posterioridad a la guerra se supo que los encargados de cometer el crimen desistieron en el último instante porque lo vieron en aquel momento en compañía de sus hijos, aún muy pequeños: mi madre y mi tío. Se conoce que entre los terroristas también hay clases, aunque quizá más entonces que ahora. Una vez acabada la guerra, el bando vencedor lo sometió a un proceso de depuración. Había sido representante de la legalidad republicana y como tal resultaba sospechoso de conspiración antiespañola, masonería y otro puñado majaderías del mismo tenor. Pudo salir con bien por el testimonio de algunos religiosos que depusieron en su favor. Durante aquellos años, tan proclives a la algarada y a la demagogia anticlerical, mi abuelo nunca se dejó llevar por las demandas izquierdistas de mano dura contra las órdenes religiosas y gracias a ello se granjeó algunas amistades que, al cabo, fueron su salvación. Pudo conservar sus bienes y la libertad. Nunca más permitió que se hablara de política en su casa.
Continúo: ¿Por qué cuento esto?. Por una razón: para mostrar que la lejanía en el tiempo y el carácter de los sucesos que describo, bastante menos dramático que el de otros relatos que aquí he leído, me permiten considerar los hechos de entonces con cierta distancia emocional y conceptual. ¿Están todos los historiadores y políticos en la misma situación?. Me permito dudarlo. Quien más, quien menos aún conserva resquemores y antipatías partidistas. Quizá cuando la generación de la inmediata posguerra haya desaparecido estemos todos en la disposición de ánimo necesario para un análisis más sereno y equilibrado. Bien mirado, compartimos más con los neozelandeses de hoy, por hablar de nuestros antípodas, que con nuestros parientes de entonces. La contemporaneidad nos vincula en un tiempo en el que convivimos. Participamos juntos de un destino que hemos de construir desde esta realidad que nos rodea, cada vez más interdependiente y menos localista. Por eso, en parte, me descubro ajeno a la exaltada demanda de acometer una justicia retrospectiva sobre la cual fundar la dialéctica entorno al poder, o entorno a la presunta liberación de una patria irredenta. La política, permitidme la opinión, quizá pretenciosa o tal vez ingenua, debería atender a la realidad vigente, al estado de cosas que comprobamos alrededor de nosotros, sin tratar de velarlo con referencias que nos retrotraen a un mundo distinto y distante. Pero esa atención debería asimismo ser integral y valiente, honrada en su forma de mirar y desprejuciada en su búsqueda del bien común. En fin, acaso todo esto no sean sino bonitas palabras y vanas ilusiones. La historia a menudo ha servido de arma arrojadiza y la manipulación de los hechos siempre ha acabado por jugar un papel más o menos relevante en la generación de mistificaciones con que galvanizar a los hombres-masa. Me resisto a ser uno de ellos; aunque quien sabe si lo consigo o no.
Es que ZP no es un socialista clásico. Es un socialista moderno, de la "Nueva Izquierda", esa que prefiere morir a ser matada, esa que justifica el terrorismo porque es fruto de las injusticias,esa que, en suma, reniega de la cordura raconal
Me has tocado en la fibra, Lucrecio. Leo en los anteriores comentarios que todos tenemos historias al respecto en nuestro pasado familiar ¿Quién no? No habría espacio para contarlas. A mi padre lo condenaron a cadena perpetua tras apresarlo en Santander, durante la contienda. Y si el tribunal de guerra que lo juzgó, hubiese tenido información de que, siendo estudiante, ejerció de maestro en un pueblo, lo habrían fusilado sin más contemplaciones. Como lo hicieron con un tío de él, hermano de mi abuelo, obviamente. Y nunca le oí una palabra de resentimiento. Y siempre se sintió español. Posteriormente, mi padre, un idealista de aquella época que, además de hablar y escribir en inglés, francés, perfectamente, era esperantista (hay que entenderlo en aquel contexto), tras salir de la cárcel, rehaciendo su vida, formó con otros amigos una asociación de esperantistas, asociación que para ponerla a funcionar debía que contar con la autorización legal pertinente del Gobierno Civil y que tuvieron que solicitar, como os podéis imaginar. Resultaría ocioso comentar cómo se las gastaba el franquismo en aquella época y la desconfianza que algunas personas de dicha asociación esperantista, como mi padre con sus antecedentes, les inspiraba.
Bueno, pues les concedieron el permiso, pero con la condición de que en cada encuentro o actividad que programasen estuviese presentes una pareja de guardias civiles, que, a su vez, supervisarían cualquier circular postal o escrito que se redactase a tal fin (y que debería ir en español, por supuesto). Así fue. De los dos guardias civiles que asistieron durante tiempo a las reuniones, uno de ellos, el sargento, se hizo muy amigo de mi padre y ¡aprendió esperanto! Fue ascendiendo de graduación, se trasladó a otros destinos y nunca dejaron de escribirse. Siempre se tuvieron un profundo respeto, a pesar de las diferencias ideológicas y tenían la costumbre, ininterrumpida, de llamarse por teléfono cada Navidad para desearse feliz año nuevo, dialogando en esperanto. Hasta que mi padre falleció, con 84 años. Una historia real, contada de manera apresurada. Cosas de españoles Este Zapatero, realmente, o está «apijotao» o es un imbécil.
La respuesta de zp es reflejo fiel de la aberración mental a la que ha llegado un sector de nuestra izquierda. El fusilamiento de un militar en una guerra, tras ser sometido a consejo de guerra acusado de ciertos cargos, sentenciado y ejecutado hace 70 años es exactamente igual que un atentado a una niña de 12 años, en época de paz, perpetrado a gente inocente y por una banda terrorista-mafiosa formada por fanáticos de ideología marxista. Lo mismo, Zapatero lo comprende y así lo equipara. Una persona en sus cabales ve rápidamente la diferencia. Un loco no.
Si uno escarba un poco en las palabras de ZP lo que se encuentra es que equipara, sin más, un acto terrorista de ETA contra los españoles (en el que se vio implicada Irene Villa) con la muerte de su abuelo a manos de los "nacionales". Es decir, en el fondo considera que los "nacionales" de la Guerra Civil eran simplemente terroristas y que su causa era injusta frente a la supuesta valía de la causa "frentepopulista". Dicho de otro modo: ZP no sólo reduce España al franquismo, sino que considera que éste es despreciable en todos los sentidos. Además sigue identificando al PP, y a todo el que defienda mínimamente la unidad y la identidad de España, con los "reaccionarios de siempre”, cuyo origen estaría en los Reyes Católicos (más o menos, como hoy mismo expresa Antonio Gala En El Mundo, menospreciando la unidad política española...). En el fondo el "talante" de ZP es el del resentimiento y la venganza, y lo que le dice a la madre de Irene Villa es algo así: "Mira mujer, no te quejes tanto de que tu hija haya sido víctima de ETA por ser española, porque la defensa de la unidad e identidad española es injustificable. A mi abuelo lo mataron los que defendían dicho proyecto, y no merece la pena sostenerlo. No te preocupes que yo acabo con tal problema en un abrir y cerrar de ojos, dialogando con los enemigos de España y dándoles lo que piden”. España para ZP no vale una higa, pues él mismo nos lo ha dicho: “Mi patria es la Libertad” (Liberia, más o menos). Su delito de Alta Traición con los españoles no le debe parecer nada inmoral ni despreciable. Su insistencia en pedir "unidad" frente al Terrorismo supone pedir que nos unamos al PSOE (a pesar de Rosa Díez) para la destrucción de la Nación Española.... El problema es que muchos españoles parecen estar de acuerdo con él.
Ferrador: Su relato me ha emocionado. Rodríguez es como una plaga bíblica que ha caído sobre España. Pido a Dios todos los días que nos libre él.
Buenas tardes, vuestras historias, comenzando por la de Lucrecio, son emocionantes, porque son normales: los hijos y los nietos de los represaliados no guardan rencor durante setenta años. Ni siquiera al poco de ser víctimas. No culpan a España de lo que hicieron canallas en cualquiera de los bandos. Mis abuelos también sufrieron represalias y cárcel después de la guerra. En mi casa no se hablaba bien de Franco, ¿verdad? Pero España, a España no se le tocaba. Y se entendía que el horror vino de ambos lados. De alguna forma se intuía que aquello fue irremediable. Y cuando salieron a la luz las barbaridades que cometió el gobierno psoe se sumaron dos y dos. Ahora bebemos los libros de Pío Moa. Y eso no nos descoloca en absoluto. Pero este cerdo de zp. ¿Cómo se atreve a contestar así a la madre de Irene Villa? Y no fue otro error. Así lo atestigua Consuelo Ordóñez en su carta en ABC: en junio, en otro discurso ante las víctimas, zp se refirió nuevamente a su abuelo ejecutado por los rojos, siendo interrumpido inmediatamente por Consuelo al declarar "y al mío los rojos". Éste ser se está dedicando a utilizar la Presidencia para vengar a su abuelo, lo que incluye destruir España, la negra, la sombría, la clerical, la retrógada nación que en su casa le han debido de mostrar. O tal vez sea fruto de sus ensoñaciones e ilusiones de justicia. De lo que él cree justicia. Si le valiese...Pues aún tiene que disimular. No dejaría títere con cabeza. Ni Robespierre. Y sí, el otro día confirmaron en La Mañana la historia de Benarroch. Pero también contaron que después el matrimonio peletero llamó para disculparse. Que les ondulen, pues.
Todas las guerras (rito infinito, en bellas palabras de Borges) están hechas de atrocidades. Atrocidad es su atributo, pleonástico. Todos los bandos contendientes de todas las guerras las han cometido. La guerra civil no fue una excepción. Siempre el odio eclipsa la razón y se impone sobre cualquier otra posible justificación noble. Siempre. Ya son numerosas las manifestaciones -de palabra y obra- con que el gilhipócrita ha desvelado su naturaleza abyecta. Esta, sin duda, además de remachar su endeblez intelectual, revela una enorme vileza. Lo malo es que no está solo (y no me refiero a las ranas del estanque de Esopo, ¡pobres!), actúa con el respaldo del partido socialista – de todos sus correligionarios, pues que sepamos no hay disidentes en tal partido-, con los partidos rémoras que le acompañan y con el inmenso y temible aparato propagandístico prisaico y estatal –del Estado y de la mayoría de las Comunidades Autónomas. Todos ellos coinciden en una cosa: cultivan el odio y el rencor y hacen proselitismo para la causa. El enemigo, ya lo sabemos, todo aquél que no pertenezca a su alianza, debe ser exterminado, “como sea”. Desde antes del 2004 su discurso ya era "guerracivilista", ahora lo es más intensamente. Indisimulado. Nauseabundo. Insisto, el problema no es Zapatero, sólo. ¿Adónde nos conducirá tanta vesania?
ZPipi... un zafio retrasado emocional al frente del Gobierno de España...convencido de que la Moncloa es otro y más lujoso local del partido donde seguir zascandileando sentencioso ante militantes de igual condición y caletre...en las puertas, se le cuadra la Guardia Civil...en lugar de detenerle... Por cierto...es preciso recuperar la tan extraviada memoria histórica y que toda España conozca sin retoques ni afeites al Abuelísimo zetapipinesco...
Por cierto, para quien tuviera dudas sobre la función del Alto Comisionado para las Víctimas del Terrorismo (del 11 M) ya sabe a qué atenerse: Peces Barba ha cumplido la misión, sobre todo, de hacer frente a la AVT, a la Asociación de Víctimas del Terrorismo que se fundó para atender a las víctimas de ETA. Este Gobierno frentepopulista (“todos frente al PP”) no ha buscado tanto defender a las víctimas del 11 M (cuya verdad sobre dicho atentado intenta ocultar a toda costa), sino menoscabar a las víctimas de ETA. Pues dichas víctimas lo son por ser “españolas”, no por ser “demócratas”… Las víctimas del 11 M aún creen que son víctimas de las decisiones de Aznar por la guerra de Iraq (mensaje que intenta asentar el gobierno actual), pero no se dan cuenta de que también lo son por ser “infieles” del Islam… Sobre la posible complicidad de algunos dirigentes del PSOE con ETA para desplazar al PP aún no podemos aseverar nada con seguridad…
A mi abuelo le mataron en la guerra civil estando detenido por milicianos del PSOE. Otro miembro del PSOE ayudó a mi padre y a mis tios a escapar de su previsible detención y ejecución. Zapatero es esencialmente guerracivilista, está preparando otra guerra civil en revancha de la que perdió su partido. Quizás sea el más guerracivilista de los españoles y lleva infectando ese veneno a toda la izquierda, con mucho éxito. La casi totalidad de los españoles de ambos bandos, partipantes y sus descendientes, han intentado perdonar y olvidar. El caso de Zapatero parece único: un rencor creado por él, décadas después, sin conocimiento de su abuelo. Un rencor permanentemente alimentado y vivificado, convertido en motor de su política, un ansia infinita de rencor y de revancha. Posiblemente un caso de psicopatía. Los tres partidos del gobierno actual son los mismos que participarón en la guerra. Igual que el PNV. La recuerdan continuamente y se jactan orgullosos de la actuación de sus partidos en aquella época. Lo que implica que también de los numerosísimos crímenes que cometieron sus partidos. Llevan así varios años, cada vez con más fuerza, desde que la caida del muro les dejo sin referencia. Y la sociedad española se lo ha consentido, especialmente el PP, que en la anterior legislatura aprobó declaraciones guerracivilistas, por olvidar deliberadamente los crímenes cometidos por estos partidos. Esta bajeza y cobardía es casi tan grave como el guerracivilismo de ZP y sus cómplices. Al no oponerles ni las más mínima resistencia envalentona y alimenta su guerracivilismo. Hay que exigir ya a todos los partidos que actuaron en la guerra civil que pidan perdon por los crímenes que cometieron. Es ya una medida imprescindible para detener este clima guerracivilista impulsado por ZP. Hay que exigir a ZP que pida perdon por los crímenes del PSOE en la guerra civil. (Quasimod, ¿puedes decir las fuentes de esa historia?. Explicaria mucho.)
El odio y el rencor que emana de ZP y su ansia de vengar a su abuelo no es normal ni lógico. La inmensa mayoría de los españoles tenemos abuelos que murieron en la guerra civil a manos de uno u otro bando. Es materialmente imposible que una persona como ZP, nacido en 1960, que ha crecido en el seno de una familia de clase media-alta, que no llegó a conocer a su abuelo ni ha sufrido los rigores de la posguerra, sienta ese odio irracional hacia quienes lo mataron sin que en su propia familia se lo hayan inculcado. Me recuerda a esos niños que vemos en los reportajes, que se balancean si cesar recitando el Corán hasta aprendérselo de memoria de cabo a rabo, y que cuando llegan a mayores están dispuestos a morir por esas ideas inculcadas en ellos desde muy pequeños. Cada vez que ZP nos recuerda que a su abuelo lo mataron en la guerra, flaco favor está haciéndole a su propia familia, flaco favor le está haciendo a aquellos que muy probablemente debieron inculcarle ese odio insano que no nace de forma espontánea en las personas. Yo, como la inmensa mayoría de los españoles también tengo un abuelo al que mataron en la guerra. Mi familia, jamás me ha inculcado odio hacia el bando que lo mató, en mi casa siempre se habló de ese tema como ejemplo de los horrores de una guerra civil, probablemente la más horrorosa de las guerras. En mi casa siempre se reconoció que en nuestra guerra civil, como en cualquiera otra, todos los contendientes cometieron horrores. Lo realmente trágico es que estemos gobernados actualmente por un resentido patológico, capaz de comparar los asesinatos a sangre fría de una banda de criminales despreciables sobre ciudadanos pacíficos y niños indefensos con la muerte de un militar durante una guerra civil.
Las fuentes de la historia de quasimod es un relato de Fernando Quevedo en Elconfidencial.com.
Para perasalo: Las fuentes de mi historia las tienes, como bien ha apuntado Aldanum, en un artículo de Fernando Quevedo en http://www.eldigital.com También está tratado en el blog Con-vencidos por ZP de la bitácora. Puedes ver los comentarios de pedroman y lopezsua. En este blog, además se alude a otra "heróica -valga la redundancia- hazaña", la de levantarse en armas contra el legítimo Gobierno de la II República en 1934, cuando el Golpe de Estado nacional-socialista de ERC y PSOE, que, saldado en fracaso, es la primera acción de guerra civil que se generalizaría fatalmente en 1936. Y la volvieron a perder. - ¿Es que estamos en los albores de la tercera intentona nacional-socialista (erc-psoe) para desbaratar España?. Las guerras carlistas del s- XIX tambien fueron tres, ¿Estaremos repitiendo la Historia reciente?. ¡Dios no lo quiera!