Las negociaciones para la formación del Gobierno de España pueden tener una derivada muy importante en otros ámbitos del poder político. Los barones del PP, que alguno queda, no dan muestras de inquietud allí donde gobiernan en minoría, tal vez para no dar pistas sobre el pánico con que miran la posibilidad de que Sánchez logre un acuerdo con Ciudadanos o los podemitas. Pero hay alcaldes y presidentes autonómicos del Partido Popular que saben positivamente que un acuerdo que desbanque a Rajoy de la Moncloa se los llevará por delante a través de pactos similares de carácter local.
A Mariano Rajoy no parecen preocuparle estas consecuencias de su empecinamiento. Total, si él no puede ser presidente, que se fastidien también los demás. Lo sorprendente es la tranquilidad con que los dirigentes populares que se juegan el cargo están asistiendo a este encarnizamiento de su líder por quedarse en la Moncloa.
El PP ha mantenido muchos feudos gracias a la abstención de los concejales y diputados autonómicos de Ciudadanos, lo que les ha permitido seguir en alcaldías y presidencias autonómicas sin la garantía de un pacto de legislatura. En las franquicias locales de PSOE y Podemos estaban dispuestos a cualquier cosa por desbancar al PP. También entre los representantes de Ciudadanos, muchos de los cuales provienen de la fenecida UPyD y que, además de tener ideas socialistas, pegarían a sus mamás con tal de tocar presupuesto. Tan sólo el férreo control de la dirección nacional del partido naranja evitó una cascada de acuerdos de investidura a favor de la segunda o tercera fuerza política, relegando al PP a la oposición a pesar de ser el partido más votado como ha ocurrido en el Ayuntamiento de Madrid.
Ahora bien, si Rivera llega a un acuerdo que permita gobernar a Pedro Sánchez a pesar de no haber ganado las elecciones ¿quién va a imponer a los diputados murcianos, pongamos por caso, el rechazo de la moción de censura que los socialistas están deseando plantear para arrebatar al PP la presidencia autonómica? La llegada de Sánchez a la Moncloa desencadenará un efecto dominó contra el PP y la primera ficha caerá en el sureste, de eso pueden estar seguros.