Energía nuclear

Los gobiernos de Corea del Sur, Japón y China han exigido por separado a la dictadura de Pyongyang que abandone su plan de realizar una nueva prueba nuclear militar. Tras una reunión de emergencia en Seúl, el portavoz del Ministerio de Exteriores, Choo Kyu-ho, responsabilizó al régimen comunista de "todas las consecuencias" que puedan derivarse de tal acto. Desde Pekín, las autoridades diplomáticas exigieron a los norcoreanos que mantengan "la calma y la contención". En Tokio, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, pidió a la comunidad internacional responder con "firmeza". Los organismos de seguridad de las tres naciones han decretado la alerta máxima.

La dictadura comunista de Corea del Norte, a través de su Ministerio de Asuntos Exteriores, emitió un comunicado en que el anuncia que "en un futuro" realizará una prueba nuclear. En el documento difundido por la Agencia Central de Noticias, el régimen de Pyongyang destaca que la prueba se llevará a cabo con "todas las condiciones de seguridad garantizadas".  Este lunes, funcionarios militares de las dos Coreas confirmaron el fracaso de la primera reunión tras la crisis desatada en julio por las autoridades norcoreanas con el lanzamiento de siete misiles balísticos sobre el Mar del Japón.

El director adjunto de la Agencia Iraní de la Energía Atómica, Mohamed Saeedi, declaró que altos miembros del régimen de Teherán han propuesto que la industria nuclear francesa sea la encargada de supervisar el uso civil de los procesos para enriquecer uranio. Explicó que se trataría de "crear un consorcio" en el que tomarían parte la compañía "Areva" y el complejo "Eurodif". Saeedi destacó que de esa forma, el Gobierno francés podría "controlar de forma tangible nuestras actividades". El Ministerio francés de Exteriores no ofreció en un primer momento una reacción a la propuesta aunque la emisora France Info aclaró que el control francés estaría limitado a "algunas centrales" iraníes.

El presidente del Foro Nuclear, Eduardo González, ha declarado que sería una "irresponsabilidad" y una "falta de sensatez" cerrar las centrales nucleares "así porque sí", sin un debate previo, aunque se mostró convencido de que el Gobierno "no va a tomar decisiones tan a la ligera". Esta reacción se produce por varias informaciones que apuntan a los planes del Gobierno de no renovar el permiso de explotación de la central de Garona, lo que supondría su cierre en 2009.

Hugo Chávez y Mahmud Ahmadineyad continúan profundizando en el acuerdo entre los dos países, la "alianza estratégica bilateral" de "dos revoluciones que se dan la mano". En unas nuevas declaraciones, el presidente de Venezuela ha criticado a los países occidentales por tener bombas atómicas, lo que no le ha impedido criticar la campaña "imperialista" que pretende evitar que Irán se haga con la tecnología que le permitiría crear un arsenal nuclear. Según Chávez, su colega de Irán, Mahmud Ahmadineyad, no pretende hacer un uso militar de esa tecnología. El presidente venezolano también exige el derecho a "investigaciones nucleares" para su país. Los dos regímenes han profundizado en sus relaciones económicas.

El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, afirmó desde Senegal que no hay ningún cambio en el programa nuclear de su país. El mandatario destacó que "no hay razones para adoptar sanciones contra Irán", menospreciando así el impacto de las amenazas de sanciones formuladas por el Gobierno de EEUU. En su opinión, consideró que todo puede resolverse en "un marco de justicia". El mandatario iraní está aprovechando una gira que concluirá en La Habana donde participará en la cumbre de los países No Alineados (NOAL), para lograr apoyos en el pulso que mantiene con la comunidad internacional.

EEUU ha manifestado ante la Junta de Gobernadores del OIEA que sigue buscando una solución diplomática al contencioso nuclear con Irán pero aclaró que no tolerará que ese país adquiera armas nucleares, mientras que la UE tendió la mano a Teherán para llegar a un acuerdo pacífico. Asimismo, Solana y el principal negociador nuclear iraní han suspendido su reunión de este jueves. Por su parte el secretario general de la ONU, Kofi Annan, afirma percibir un cambio de actitud en Irán y se muestra contrario a la imposición de sanciones a Irán por parte del Consejo de Seguridad.

El enviado especial de EEUU en las conversaciones multilaterales sobre el programa nuclear de Corea del Norte, Christopher Hill, comunicó al Gobierno de Seúl que su país se prepara para imponer a la dictadura comunista nuevas sanciones sobre transferencia de material y tecnología susceptible de ser empleada en la fabricación de misiles. La postura, explicó al viceministro de Asuntos Exteriores surcoreano, Yu Myung-Hwan, responde a que Pyongyang no tiene voluntad de regresar a la mesa de negociaciones. Según Hill, los norcoreanos no han respondido a las propuestas estadounidenses para comprobar su voluntad para abandonar su proyecto de armas nucleares.

Irán ha puntualizado que no suspenderá el enriquecimiento de uranio antes de que comiencen las negociaciones, a pesar de que afirmó el pasado domingo que estaría dispuesto a detenerlo tras una reunión entre el Representante de la Política Exterior y Seguridad de la Unión Europea, Javier Solana, y el principal negociador nuclear iraní, Alí Lariyani. A pesar de la disposición iraní para suspender "durante uno o dos meses" el enriquecimiento de uranio, aún no está clara su disposición a aceptar todas las exigencias de la ONU y de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), instituciones que piden garantías que respalden la afirmación iraní de que su programa nuclear tiene únicamente aplicaciones civiles.