Cada vez que un político español proclama que su modelo es Dinamarca y que España debe imitar a Dinamarca, se apodera de mí una desconfianza instintiva.
Hay que haber vivido el ambiente cotidiano que se respira en los institutos de Cataluña para poder apreciar en su justa medida el valor de esa profesora.
¿Cómo piensa atraer el PP a sus potenciales votantes? ¿Poniendo en valor el desempeño del impopularísmo Mariano Rajoy, que transmite menos confianza que entusiasmo?