La mayoría parlamentaria, con el Partido Socialista a la cabeza, arrincona a la Monarquía con el objetivo final de ir a un cambio de régimen, que ni será monárquico, ni democrático ni próspero.
Nacionalistas, separatistas y terroristas, especializados en el odio, campan a sus anchas con el afecto de Sánchez. Mientras, Don Juan Carlos ha tenido que exiliarse.