María de León está pasando por uno de los momentos más duros de su vida, ya que su matrimonio ha sido un auténtico fracaso. León tan solo ha estado casada seis meses con Juan Garaizabal. Los motivos que les han llevado a tomar esa dura decisión por el momento no han trascendido. Lo único que se sabe es que el escultor ha preferido poner tierra de por medio trasladando su residencia a Berlín y alegando motivos profesionales.
Hace unos días coincidí con la sevillana, en los premios "T" de la revista Telva. Era su primera salida después de hacerse público su divorcio. María es una mujer fuerte, y aún sabiendo que tendría que hacer frente a la prensa no quiso perderse la cita, y eligió para la ocasión un vestido negro de alta costura de Pedro del Hierro, firma de la que ella es relaciones públicas. María puso la mejor de sus sonrisas, y no tuvo ningún reparo al hablar de cómo se sentía cuando se le preguntó por la separación. "Soy una persona muy positiva, intento mirar hacia adelante, aunque reconozco que son momentos muy duros, pero no hay marcha atrás". Así de contundentes fueron sus palabras, y añadió: "Volcarme en el trabajo me está haciendo mucho bien".
No hay que olvidar que la hija de los marqueses de la Cañada mantuvo una relación con Íñigo Arteaga, uno de los hijos del duque del Infantado, que perdió la vida el pasado 14 de octubre pilotando su avioneta cuando regresaba de una boda en Sevilla. Este trágico accidente ha supuesto para María un terrible golpe, y cuando le pregunté cómo se sentía me comentó que el fallecido era una gran persona y quiso dejar claro que entre ellos no había absolutamente nada más que una gran amistad, al contrario de lo que se había comentado en algunos medios.
Tendrá que pasar algún tiempo para que María pueda recuperarse de estos grandes mazazos, a los que no ha tenido mas remedio que enfrentarse.