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1999-2009

Buenos días. La verdad es que esta vez te has superado. Te has superado en la organización de la celebración de nuestro décimo aniversario de relación.

El miércoles pasado dabas el pistoletazo de salida a una serie de sorpresas que me habías preparado para que tú y yo festejásemos la década que  llevamos juntos
Nuestros aniversarios ya van camino de convertirse en un clásico; los hoteles que visitamos, los regalos que nos hacemos… pero quiero que sepas que este último ha sido mi favorito. Por todo. Por las dos obras de arte que me regalaste; por el lujoso hotel y su impresionante suite presidencial que ocupamos durante más de dos días y sobre todo por lo bien que me lo pasé a tu lado haciendo todo lo que hacemos desde el primer día que decidimos estar juntos.
Me llevaste a ver la exposición “Los esquizos de Madrid”, una muy buena muestra de todo el movimiento pictórico de la figuración madrileña de los años setenta (mis favoritos son Pérez-Villata y Herminio Molero). También hubo tiempo de ir al teatro, a un concierto de Pedro Marín en la sala Flamingo (en ese mismo local nos tomamos más de una cerveza en nuestra primera cita) y volvernos a sumergir en los sillones de cuero del fabuloso Cock, refugio de antaño al que nos escapábamos cuando nadie podía saber de lo nuestro, a pesar de que más de uno nos pilló  en más de una ocasión.

Siempre he tendido a la nostalgia. Siempre me he regodeado en quedarme pillado por tiempos que han sido vitales en mi vida, sin embargo, durante estos días me he reafirmado al llegar a la conclusión de que el momento actual es el perfecto. De veras que no eché de menos nada del año 1999. Y no lo eché de menos porque en el 2009 tengo lo mismo, incluso más. Para empezar estamos más guapos. Te dejo una de nuestras primeras fotos juntos para que compares. Tengo razón, ¿verdad?

Esta celebración ha servido para darme cuenta de lo importante que somos el uno para el otro y que estamos por encima del bien y del mal.  Momento de plenitud Por ejemplo, que puedas salir con tu chica y comportarte como un adolescente después de más de diez años juntos no es algo que vea muy a menudo a mi alrededor. Y eso me gusta.

También es cierto que en estos diez años son muchas las personas que también “forman parte de nuestro matrimonio” y es por ello que me diste la sorpresa de cenar con Pedro Munster, mi hermano del alma y tu marido. Disfrutamos de lo lindo cenando en un restaurante italiano del centro de Madrid y bebiendo un nuevo vino dulce-gaseoso que nos supo mejor mientras Pedro nos enumeraba una por una todas sus míticas frases y motes más clásicos (léase “moño italiano”, “la que no se carda se pinta”, o la más reciente “me puse hecho un gato húngaro…”)
El día final también aparecieron “por sorpresa” Nacy O y su maridito Miguel Neira. Brindamos con ellos y nos fuimos a otro de nuestros restaurantes favoritos: Zara. Nos llenamos más el estómago y tan felices.

El sábado fue tu cumpleaños, y como tú solo lo celebras a lo grande por décadas (te quedan cuatro años para el próximo festejo) tuvimos cena con tu mami, mis padres y la tía Elena. Lo pasamos muy bien. Y lo que siempre decimos: “hay que tener suerte con todo, hasta para llevarte bien con tus suegros, cuñados…”. Tengo complicidad absoluta con tu madre y a ti te pasa lo mismo con mi familia más cercana. El ambiente familiar y su disfrute siempre ha sido de vital importancia para mí, por eso siempre soy muy feliz cuando tenemos cenas en casa de mis padres o en casa de tu madre.

No quiero que esto suene a idílico, a cuento de hadas, pero como dice nuestra Belén Esteban: “estoy super feliz, estoy supeeer feliiiiz…”.

La vuelta a casa significó volver a nuestra rutina. Una rutina que consistió en volver a hacer dieta estricta, colocar más de un centenar de libros dispersos por la casa, hacer planes domésticos y a que tú apuntases en tu calendario todos tus compromisos laborales de las próximas semanas.
Te quedaste solita en casa cuando yo me marché al despacho a organizar todo el archivo de mis colaboraciones periodísticas desde mis inicios allá por el año 1994.

Esto fue un ejercicio de flash-back que me llevó a pensar que he sido un privilegiado desde que me inicié en la vida laboral Más de 500 artículos, entrevistas, reportajes en los que hay contenido mucho de mí, de mis influencias, mis gustos, mis inquietudes. Te dejo varias imágenes de esas publicaciones como una foto de John Waters (le entrevisté varias veces para varios medios con motivo de su película “Pecker”). También te regalo estas fotos “estilo Warhol” de Nacho y Mauro Canut cuando les hice una entrevista delirante con la excusa de hablar de su tercer disco con Intronautas (hablamos de todo menos de las canciones). Aún conservo todos los artículos que escribí para la web www.loquesea.com (germen inicial de lo que hoy en día se llaman blog), releyéndolos percibo mucha inocencia a la hora de escribir de muchas cuestiones, de muchas personas. He aprendido a medir mis palabras, aunque sea escribiendo. Lo ves, todo sirve en esta vida y de todo se aprende.

Durante más de tres horas vi pasar más de 15 años de periodista a la vez que he ejercido trabajos en la discográfica Subterfuge (en el rol de promocionero), en el despacho de Jesús Ciordia (agente de actores) que me llevó a meterme en el mundo de la representación, trabajitos esporádicos para Canal +, The Killer Barbies y hasta  de relaciones públicas de locales de moda nocturnos. Esto último es lo que más pereza me produce visto con la perspectiva que te da el paso del tiempo.
Lo importante de todo esto es tener claro que no tienes la sensación de haberte perdido nada;  de haber hecho lo que te apetecía, o creías que te apetecía; quedarte con lo bueno y obviar lo más nefasto. A día de hoy sólo tengo una asignatura pendiente: no haber estudiado inglés. No haber decidido marcharme fuera a aprender el idioma. Eso es lo único de lo que me arrepiento,  pero como ya te adelanté ayer en Enero voy  empezar las clases particulares. Y las combinaré con la lectura de todos esos libros que siempre me compro en el extranjero para obligarme a tener “paladar inglés”.

Ayer también tuvimos reunión con Nacho para departir del futuro más inmediato de Fangoria. Me encanta trabajar con Nacho; ese sentido del humor, esa genialidad es difícil encontrar cuando del trabajo se trata. Siempre facilita las cosas; nunca se enfada por nada; vamos, que es el mejor jefe que uno puede tener; así estoy yo de mal acostumbrado. Pero lo mejor de trabajar con vosotros es observar que ante determinadas propuestas, planes o ideas la mayoría de las veces respondéis lo mismo. Sois como dos personas en una. Estáis en un mismo acuerdo infinito. Pensáis lo mismo; otra cosa es que cada uno lo manifiesta de una forma u otra.

Hoy tenemos la presentación del nuevo libro de Pitita Ridruejo, mañana la inauguración de la exposición de Annie Leibovitz, en la que participo en la organización gracias a la gran amiga Ana Marchessi. El jueves día de promoción junto a tu cita semanal con La Cope y el viernes nos marchamos a Zaragoza donde tocas con Fangoria y yo ejerzo de Dj junto a Nacho en la fiesta post-concierto. Vendrán amigos tan importantes en estos-últimos-nuestros años como Mari, José Luis o La rana.

Todo igual que en junio del año 1999.  Yo diría que hoy todo es mejor.

 

Vamos a usar este espacio para comunicarnos, dejarnos recados, enseñarnos las fotos y noticias que descubrimos... para contarnos todas esas cosas que no nos da tiempo a comentar en el día a día. Esto es, en definitiva, un blog cerrado al que sólo tenemos acceso nosotros dos, una extensión de nuestra vida

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