La oferta gastronómica de Madrid es inmensa, puede llegar hasta ser mareante, pero también hay público, de momento, que la llena y que espera pacientemente a tener una mesa en los restaurantes de moda, merezcan la pena o no. Casa Salesas, de los celebérrimos Tamara Falcó e Íñigo Onieva, es de los últimos en sumarse a esta ola culinaria y en uno de los barrios que más están dando que hablar últimamente. Aunque en realidad, son Manuel Campos e Iñigo Onieva, fundadores de Casablanca Hospitality, los creadores de este nuevo concepto, pero ser pareja de la marquesa de Griñón es lo que tiene.
Ubicado en el número 6 de la calle de Fernando VI, en el local ocupado anteriormente por el restaurante lowcost Dspeak del biestrellado Diego Guerrero con DSTAgE, Casa Salesas ofrece luces y sombras. Entre esas luces está su emplazamiento, en el barrio de Justicia, conocido como el nuevo soho madrileño y su interiorismo, desarrollado bajo la batuta de un referente español como lo es Lázaro Rosa Violán.
"Con Casa Salesas quería hacer un ejercicio de conjugar elementos que te hacen sentir bien y relajado, sin comulgar con ningún estilo determinado y con un equilibrio entre lo urbano y lo doméstico. No se trata de un bar, ni de un restaurante o café, ni siquiera de un club, aunque lo es todo a la vez: es una casa con muchas referencias a Madrid y al resto del mundo. Se trata de un sitio que adoptas como tuyo, con muchos matices casi naif y conectados con el barrio", asegura el interiorista.
Casa Salesas se compone de tres espacios distintos. En la planta alta se encuentra el restaurante, un salón principal acogedor y lleno de luz natural. En la planta baja, un ambiente diseñado para desconectar y disfrutar de forma desenfadada. Y la terraza ofrece vistas al Palacio de Longoria, sede de la SGAE y uno de los edificios modernistas más icónicos de Madrid. A pesar de estas divisiones, toda la oferta gastronómica y de coctelería está disponible en cada rincón del local.
De la cocina se encarga el equipo de Mabel Hospitality, dirigido por el chef ejecutivo Juan Antonio Medina y David Rodríguez, como sous-chef ejecutivo, quienes han creado una amplia carta que ofrece un formato bistró con una variedad de referencias clásicas de un All-Day Dining dado que la cocina tiene horario interrumpido todo el día.
También entre las luces está su gilda con anchoa de Santoña (4€), porque tú y yo sabemos que empezar así siempre te alegra la comida, sobre todo si lo haces con buena compañía y con un buen vino tinto La Mateo elaborado por Bodegas D. Mateos, con uva Tempranillo, Garnacha y Graciano. También buena la burrata cremosa de la Puglia sobre gazpacho (16€) con tomate seco y pistachos, aunque con algo más de gazpacho para mezclarlo con el queso mejoraría.
Apuesta por el barrio
De las luces también destaco su apuesta por el barrio y los proveedores de proximidad. Su filosofía es crear barrio y ser parte de él y para ello apoya la propuesta artesana y artística de los negocios y creaciones de los vecinos. Con el objetivo de respaldar a los negocios locales, Casa Salesas se rige por una política de economía de barrio en la que siempre se da prioridad a los diferentes proveedores y negocios de los alrededores.
Por ejemplo, The Labo se ha encargado de vestir a los camareros de Casa Salesas con sus castizas y contemporáneas chaquetillas blancas. La repostería que acompaña los desayunos, como el bizcocho casero de limón, así como las tostadas de pan de masa madre, llegan directas cada mañana desde Magadalena de Proust. Petramora provee los desayunos con sus yogures, así como con una selección de quesos y confituras para el resto del día. De los aperitivos se encarga la vecina boutique de frutos secos, Nut Nut.
La marca asutraliana Aesop abastece al restaurante con sus icónicos hand wash y hand balm. Margarita se llama mi amor contribuye también a embellecer con sus flores y plantas los espacios de Casa Salesas en cada evento. Distribuidos por las dos plantas, los libros de arte, arquitectura y diseño de Taschen se ponen a disposición de todos los visitantes. Mientras que Arma Gallery, dedicada a impulsar el talento español, decora los espacios con la obra de Elena Gual.
Las sombras
Antes de pasar a las sombras, en un claroscuro pongo al bikini trufado con queso fundido al estilo Beverly Hills (12€). Los bikinis están de moda y los hay tan buenos que no vale sólo con ponerle queso, jamón york y un toque de aceite trufado, pero es cierto que el bocado es agradable.
En las sombras está sin duda el pescado del día, que en este caso era una lubina a la parrilla con parmentier. A pesar de que el toque de la brasa era bueno, con la piel del pescado crujiente, éste estaba un poco ácido lo que nos hizo recelar de su frescura y a pesar de advertirlo ningún responsable del restaurante se acercó a ofrecernos explicación alguna.
Tampoco me gustó el chuletón de vaca madurada con guarnición de pimientos asados. El sabor de la carne era bueno y a pesar de que el punto estaba poco hecho, como pedimos, la carne estaba más tiesa de lo normal.
Dasayunos tardíos y recovery brunch
"Salesas es un barrio que tiene muchísima vida tanto de día como de noche. Por la mañana hay un gran movimiento de gente con una actividad enfocada en el wellness y el deporte, así como de vecinos con trabajos más flexibles y menos corporativos trabajando con sus portátiles en las cafeterías de la zona. Mientras que, por la noche, cobra nueva vida con coctelerías, restaurantes, piano bars o karaokes", explican Manuel Campos e Iñigo Onieva.
Así que en Casa Salesas lo tienes todo, desayunos tardíos y un reconfortante brunch. También dirigido por Juan Antonio Medina al mando, Casa Salesas apuesta por los desayunos a "deshoras" entre semana, con una carta de lunes a jueves –de 10 a 12:30h– que incluyen propuestas saludables como shots de frutas y verduras, zumos naturales y smoothies. También hay opción de disfrutar de bowls, que se elaboran con yogurt artesano de Petramora e ingredientes saludables.
Para beber, Casa Salesas ofrece una experiencia única para los amantes del café de especialidad a través del Blend Casa Salesas: personalizado por Veracruz, caficultores artesanos y de comercio justo.
Los huevos llegan en sus diferentes formatos, desde unos benedict con bacon o royale con salmón de noruega, hasta en tortillas con calabacín o atún. Mientras las tostas –elaboradas con pan de Magdalena de Proust– se sirven con pollo y guacamole; salmón ahumado, pepino y salsa tártara; aguacate y huevo pochado, así como en un croque monsieur y croque madame.
En el apartado dulce, no falla el bizcocho casero de limón, caracola, pan au chocolat, cruasanes, crepes rellenas y la french toast con chantilly o pancakes con sirope de arce y crema chantilly.
Por su parte, el Recovery Brunch, disponible los sábados, domingos y festivos desde las 13h hasta las 16h –y siempre amenizado por un DJ–, es el botiquín para recuperarse de las noches más largas. Es por ello que cuenta con un menú especialmente diseñado para remontar el día con bocados y platos como gildas, huevos benedict o royale, rigatoni al vodka Little Italy o cacio e pepe con huevo y schnitzel vienés. Todo ello con un abanico de cócteles como Mimosas Vintage, Salesas Bellini, Bloody Barrio o Almirante Spritz.
Como broche final, acompañan opciones como la tarta de queso Tatel, tarta de chocolate con AOVE y sal o el sándwich Salesas de helado de vainilla y Nutella. Todo ello acompañado de un Espresso Martini o Carajillo Mexicano y disponible tanto en el interior del restaurante como en su terraza.
En Casa Salesas nos encontramos con otro claro ejemplo de restaurante para ver y dejarse ver, con una carta interesante diseñada para compartir y si eres de los que les gusta el famoseo te recomiendo que lo pruebes y decidas por ti mismo si merece la pena o no volver a pagar el ticket medio de 50-60€.
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