Hoy ganaron las sonrisas. No sé si la prudencia, pero sí la libertad de elegir. Nos retiran los "bozales". Con dosis de humor diré que ya podemos broncear la zona del mostacho para aquellos que no dispongamos de uno. Verán que el número de infiltraciones de ácido hialurónico en morros así como el botox en el surco nasogeniano aumentará considerablemente para lucir más la belleza bucal. El ‘mascné’ (acné a consecuencia de la mascarilla) empezará a reducirse y por primera vez en más de año dejaremos de regalar carmín a la mascarilla, al menos si nos dedicamos a actividades en el exterior.
Liberamos media cara. Y, aunque los memes digan que los feos lamentarán la pérdida de este complemento tan necesario en la pandemia, yo diré a su favor (de los presuntos feos) que no hay mayor belleza que la sonrisa de la libertad.
Todavía hoy, cuando salgo a correr por la montaña, me encuentro con humanos que en la más pura soledad física practican deporte con la mascarilla: ni que fueran a contagiar a los mosquitos que les rodean (o quizás es el humano quien se proteja de ellos: ya saben lo que dice el refrán, ‘en boca cerrada no entran moscas’).
En esto del Covid no ha habido demasiada cordura, ni en los des-gobernantes ni en los ciudadanos. Pero hoy, sábado 26 de junio, parece que nos empiezan a desencorsetar sigilosamente. Hubiera sido más acertada la fecha del 23 al 24, para San Juan, y realizar una quema de mascarillas colectivas, al menos las oscuras, para abrazar el blanco verano y el blanco San Juán. Aunque, ojo: en el interior de locales y bares, restaurantes, aviones, etc., deberemos seguir llevándolas hasta que digan lo contrario. Y nuestro deber es cumplir.
Vanity Fair con su portada de de Rossy de Palma junto a Jean Paul Gaultier regalan este mes una mascarilla homologada y sostenible. EOS, junto a la revista Fearless, lanzan las mascarillas solidarias a favor de Fundación Madrina (para apoyar a mujeres embarazadas sin recursos) que esta semana Yana Olina ya ha empezado a promover en sus redes, y que posteriormente tomará el relevo Alejandra Rubio y la guionista Laura Caballero. Las mascarillas no acaban aquí, pero hoy podemos, mirando al sol y al cielo, soñar con una España un poco más libre y sonriente. Una España más bella.