Jackie Stewart, tres veces campeón del mundo de Fórmula 1, ha pedido un regalo muy especial para una subasta que ha tenido lugar durante el Gran Premio de Bahrein. El ex piloto escocés ha pedido un casco firmado por todos los pilotos que han sido campeones de F1 para luego poder subastarlo y recaudar fondos en beneficios de una asociación que trabaja con la demencia senil, enfermedad que sufre su mujer Helen. Lo que no esperaba el escocés, y seguramente nadie, es que Michael Schumacher pudiera firmar ese casco. Recordemos que desde el accidente de esquí de 2013 poco o nada sabemos sobre el estado de salud del ex piloto alemán.
Este pequeño gesto representa un momento muy significativo para la familia del automovilismo. Recordemos que, Schumacher ha estampado su firma en un casco que perteneció al escocés. Esta es una pieza clásica de color blanco adornada con la banda del tartán escocés y, como hemos dicho, ha sido subastado con fines benéficos. Durante el Gran Premio de Bahrein se ha presentado el casco utilizado por el propio Stewart, que realizó una vuelta de exhibición en su monoplaza Tyrrell de 1973.
De acuerdo con Stewart, obtener la participación del alemán fue un logro especial. "Es maravilloso que Michael haya podido firmar el casco por esta noble causa, una enfermedad para la que no hay cura", declaró Stewart al Daily Mail en el circuito de Sakhir. Pero, ¿cómo se pudo lograr que el ex piloto alemán firmara el casco? Este hecho fue posible gracias a la ayuda de su esposa, Corinna, quien ha estado al cuidado del ex piloto desde que sufrió la grave lesión cerebral hace casi una década. "Su esposa le ayudó, y completó el casco de cada campeón que nos acompaña", añadió Stewart.
Una buena causa
El objetivo de esta subasta es recaudar fondos para la organización Race Against Dementia, fundada por el propio Jackie Stewart en el 2014, cuando fue diagnosticada de demencia su mujer Helen. Esta fundación financia proyectos de investigación, como el de la Universidad de Cambridge, centrado en un análisis de sangre capaz de detectar precozmente signos de demencia frontotemporal. La emblemática contribución de Schumacher cierra simbólicamente una lista histórica de campeones, destacando el legado tanto deportivo como humano de estas figuras en la Fórmula 1.
Sir Jackie Stewart, reunited with his final title-winning Tyrrell 006! 🤝
This incredible reunion combines F1's 75th anniversary, the 60th anniversary of Stewart's F1 debut, and 10 years of his incredible charity, @racingdementia, founded in 2016#F1 pic.twitter.com/qbGSnWIN0p
— Formula 1 (@F1) April 13, 2025
Un símbolo de perseverancia
Pero, más allá del marcado síntoma de solidaridad por parte de la familia Schumacher, la firma del ex piloto tiene valor por el mensaje que conlleva. Recordemos que desde su accidente en Méribel, en los Alpes franceses, que le causó un severo traumatismo craneoencefálico, el exploto alemán ha vivido en estricto aislamiento. Sabemos que vive en constante cuidado de un equipo médico y su esposa Corinna pero su estado de salud es un absoluto misterio.
Por ello, el hecho de que el alemán haya podido plasmar sus iniciales en el casco, con ayuda de su mujer, es un gesto que ha conmovido al mundo de la automoción. Tanto que, para muchos, este acto es la primera manifestación pública tangible de Schumacher desde el accidente, una muestra de que, pese a las dificultades, aún mantiene conexión con su entorno y con su legado.
El legado de una leyenda
Michael Schumacher se retiró oficialmente de la Fórmula 1 en el año 2012, tan solo uno antes de su fatídico accidente… Recordemos que durante años ostentó el récord absoluto de títulos mundiales, hasta que Lewis Hamilton lo igualó. No obstante, su figura ha sido un referente en el automovilismo mundial durante décadas, no solo por sus triunfos sino por su determinación, carisma y profesionalismo.
El hecho de que su retorno simbólico haya sido a través de una causa solidaria realza aún más su dimensión humana. Schumacher no solo ha dejado huella por sus logros deportivos, sino también por su disposición a apoyar a colegas y causas nobles incluso en condiciones extremadamente adversas.