
Pedro Sánchez se sienta este miércoles en la Comisión Koldo del Senado envuelto en todo tipo de escándalos. El presidente tendrá que responder sobre la posible financiación irregular del PSOE, los casos José Luis Ábalos y Santos Cerdán, las polémicas por la contratación de prostitutas con dinero público, el Delcygate, el caso de su mujer, Begoña Gómez, el de su hermano, David Sánchez y un largo etcétera. Moncloa le ha preparado a conciencia para intentar dar la vuelta al cerco que el PP intentará colocarle para obtener respuestas a las decenas de preguntas que sigue sin aclarar.
El presidente acude a la Cámara Alta rodeado de su personal de confianza. A la cabeza, el ministro de Justicia, Félix Bolaños, abogado de profesión, y que esta semana ha sido protagonista por la conocida como 'Ley Bolaños', aprobada en Consejo de Ministros, y que pretende asaltar la Justicia precisamente cuando la corrupción acorrala al PSOE. La norma, de momento, no cuenta con apoyos parlamentarios para prosperar.
Otra de las personas que flanqueará a Sánchez durante la sesión, que podría prolongarse hasta seis horas ya que los grupos disponen de 50 minutos de interrogatorio, es Rafael Simancas, mano derecha del presidente y número dos de Bolaños como secretario de Estado con las Cortes. Histórico socialista, actualmente es también diputado. Fue líder del PSM y concejal de Madrid en la década de los 2000, cuando el conocido 'Tamayazo' que le impidió ser presidente de la Comunidad.
El séquito del presidente lo completa el asesor de Sánchez Iván García Yustos, alto cargo de Moncloa, cuyo sueldo ronda los 100.000 euros anuales. En 2003 estuvo envuelto en la polémica siendo concejal de Móstoles, cargo que dejó después de que se conociera que llamó a líneas eróticas desde su móvil del Ayuntamiento. Después se convirtió en el principal valedor de la exalcaldesa socialista de este municipio, Noelia Posse, envuelta en hasta cuatro causas de corrupción.
Ana Manzano, hasta ahora asesora de máxima confianza del presidente en Moncloa, lo acompañará como nueva directora de Comunicación del PSOE, incorporándose al cuartel general de Ferraz y asumiendo un cargo estrechamente vinculado a la Secretaría de Estado y que refuerza la fusión entre Gobierno y partido.
Desde el Ejecutivo minimizan la importancia de que un presidente del Gobierno declare ante una comisión en la que los principales implicados, José Luis Ábalos, Koldo García y Santos Cerdán, este último en prisión preventiva, están siendo investigados por mordidas e irregularidades, tanto dentro como fuera del partido. Para Moncloa, esta comparecencia se reduce a una mera prolongación de las rutinarias sesiones de control que se celebran cada miércoles en el Congreso y que el Gobierno tacha de "sucias". "Lo único que esperamos es que no sea un circo", deslizan fuentes gubernamentales que insisten en la "transparencia" ofrecida por el Ejecutivo en todo momento. De hecho, hay quienes en el Ejecutivo observan con recelo la aparición de nuevos autos relacionados con la 'fontanera' del PSOE, Leire Díez, que interpretan como parte de una operación de instigación entre el Partido Popular y determinados jueces.
En todo caso, Sánchez se presentará sin aportar ningún documento que descarte la existencia de una caja B en el PSOE, ni tampoco cifras concretas sobre el dinero en efectivo que habría recibido, dejando intactas las dudas sobre la transparencia del partido, apenas un día después de que el extesorero del PSOE, Mariano Moreno, reconociera ante el juez Puente en el Tribunal Supremo que los miembros de la Ejecutiva también percibían pagos en metálico.
El PP, a degüello
El presidente intentará zafarse de las preguntas que le formule el senador del PP, previsiblemente Alejo Miranda. Y es que, hasta ahora, Alberto Núñez Feijóo apenas ha podido arrancarle un escueto "no" a Pedro Sánchez durante sus cara a cara en el Congreso, cuando le preguntó por la financiación irregular del PSOE. El líder del PP le remitió además un cuestionario con medio centenar de preguntas sobre la corrupción el pasado mes de agosto, que registró también en el Congreso, sin obtener respuesta alguna a día de hoy.
Desde entonces, se ha conocido el informe de la UCO que desveló el pago de dinero en efectivo a través de sobre con el logotipo del PSOE. Un dinero del que se desconoce el origen y que el partido sigue sin justificar con tickets o justificantes bancarios. Este será uno de los asuntos que centre el interrogatorio del PP al presidente, con preguntas directas, como ha ensayado el propio líder del partido en las dos últimas sesiones de control al Gobierno en el Congreso.
El PNV, brindando un balón de oxígeno al presidente del Gobierno y consolidándose como su aliado más incondicional, ha decidido no participar en el interrogatorio, pese a declarar públicamente que su línea roja es la financiación irregular. Esta actitud evidencia hasta qué punto los socios de investidura priorizan los beneficios que les otorga un gobierno de Sánchez por encima de la rendición de cuentas.
