12 razones por las que Menorca es un paraíso terrenal, sobre todo en verano
España posee verdaderos tesoros naturales que podrían encajar perfectamente en el concepto de paraíso terrenal. El caso de Menorca, en Baleares, es uno de esos ejemplos. La isla mantiene viva su esencia de isla tranquila, poco bulliciosa (exceptuando determinadas zonas y fechas) y agradable en todos los sentidos.
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Sus acantilados
En la misma parte norte de la isla, cerca de Ciudadela, se elevan paredes verticales de roca de decenas de metros sobre el nivel del mar, en las que es mejor no arriesgarse mucho acercándose al borde, por la espeluznante caída hasta llegar al agua.
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Navegar con barca
Destino imprescindible para navegantes, Menorca dispone de un litoral que combina los grandes acantilados con extensos arenales y calas remotas sólo accesibles por mar, perfecto para visitarlas con una pequeña barca de recreo. Con más de cincuenta puertos deportivos, clubs náuticos y marinas con amarres para grandes, medianas y pequeñas esloras las Islas Baleares parecen estar hechas para los aficionados a la mar.
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Buceo y esnórquel
Con una temperatura del agua muy agradable para el baño, alrededor de 25 grados en verano, el siguiente paso es comprar unas gafas de buceo y meter la cabeza bajo el agua en la cala más cercana. Al tener poca profundidad y una visibilidad de varios metros, el buceo es una de esas actividades para todos los públicos y casi todas las edades que merece mucho la pena realizar en Menorca.
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Sus calas
Menorca es sinónimo de calas paradisíacas de aguas transparentes. Algunas de las más famosas y recónditas son Macarella, Macarelleta, Turqueta, de esas a las que sólo se accede caminando algunos centenares de metros.
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El Monte Toro y sus vistas panorámicas
Nombrar al Monte Toro es decir la montaña más alta de la isla, desde la cual se puede observar la casi totalidad del territorio insular. En la cima de Monte Toro, la montaña más alta de la isla con 365 m de altura, se encuentra el santuario y convento dedicado a Nuestra Señora de Monte Toro. Merece la pena esperar para ver el atardecer desde su cima.
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Su naturaleza impresionante
No hace falta poner muchos adjetivos al incomparable patrimonio natural que se encuentra en la isla. Sólo con alguna fotografía de cualquiera de sus rincones más reconocibles para distinguir su tremendo atractivo. Menorca es Reserva de la Biosfera por su patrimonio natural. Además, a su naturaleza casi incontenible hay que sumarle varios yacimientos prehistóricos monumentales y fortalezas sobre sus entorno.
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Una discoteca en una cueva sobre el mar
La Cova d'en Xoroi es una cueva natural situada en la isla Menorca, concretamente en la urbanización de Cala en Porter, es un local habilitado como bar diurno y como a discoteca nocturna. Su seña de identidad es la posibilidad de tomarse un cóctel sobre el mar, en una de sus terrazas y esperar a que llegue la hora de la puesta de sol. En ese momento el gasto para acceder al lugar y la consumición habrá merecido la pena con creces.
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Ideal para los amantes del senderismo
La isla tiene decenas de caminos rurales que recorren tanto la costa como el interior. Uno de ellos, el Cami de Cavalls (camino de caballos) es una ruta de 220 kilómetros que rodea toda Menorca.
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Sus aguas cristalinas
Varias barcas de recreo permanecen paradas sobre las cristalinas y transparentes de Menorca. No es necesario ir al Caribe o a latitudes más lejanas para admirar la bonita imagen del agua color turquesa sobre un fondo poco profundo.
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Pueblos con encanto
Reservar una tarde para visitar alguno de sus pueblos es muy recomendable. Binibeca, por ejemplo, es un pequeño pueblo de pescadores con bastante encanto, con bonitos detalles, estrechos callejones de poco más de un metro de ancho que recorren todo el lugar y donde podría ser divertido perderse un rato.
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Los faros de la isla
La isla de Menorca tiene seis faros en su territorio y visitarlos es en sí mismo un plan viajero. El faro de Punta Nati fue construido en 1912 para evitar los constantes naufragios que se producían en la costa norte de Ciudadela. Se encuentra construido en paisaje conocido como la Menorca Seca, con grandes acantilados sobre el que se atisba un relieve llano repleto de piedras y alguna que otra cabra.
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Sus atardeceres y amaneceres
No hace falta viajar a lugares remotos e inaccesibles para ser testigos de un amanecer o puesta de sol de esos que hacen historia. Comparando con otros lugares, dentro y fuera de España, en la misma estación y casi la misma semana, Menorca está en el top de la lista de los mejores rincones del mundo para verlos. En la isla, es recomendable ir al al norte y al oeste para admirar la belleza de nuestro astro rey mezclado con una panorámica inigualable. Una de las zonas o calas donde mejor se puede disfrutar de un atardecer veraniego con un sol rojizo bañando con sus últimos rayos el horizonte es desde Cala en Brut.
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