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Sánchez se merece las felicitaciones de los terroristas de Hamás

Ya no son sus ministras, sino el propio Sánchez el que ha criminalizado a Israel hasta el punto de que ha sido elogiado por los terroristas de Hamás.

Este martes se ha celebrado en el Eliseo una importante cena de trabajo sobre el futuro y la Agenda estratégica de la Unión Europea, continuación de las celebradas en su día en Berlin, Copenhague y Zagreb, en la que, además del presidente de Francia, han participado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y los primeros ministros de los Países Bajos, Portugal, Estonia y Luxemburgo. A ella no ha acudido, como tampoco hizo en las citas previas, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, quien, según la versión oficial, había sido invitado, pero que ha declinado la invitación alegando "motivos de agenda".

Tanto si es cierta esta invitación como si se trata de un acuerdo diplomático para encubrir el hecho de que Sánchez, sencillamente, no había sido invitado, el desprestigio de nuestro gobierno en el ámbito internacional parece no tener límites. Y es que ¿se puede saber qué tenía que hacer Sánchez, quien en estos momentos ostenta la presidencia rotativa de la Unión Europea, para no asistir a esta importante reunión en la que precisamente se va a tratar la agenda estratégica de la Unión Europea? ¿Reunirse, acaso, con el verificador que ha de vigilar los acuerdos de investidura del PSOE con el golpista Puigdemont cuya identidad oculta el gobierno tanto como la agenda del presidente? Sea cual sea el motivo de su inasistencia, resulta inaceptable.

Entendemos que, aunque la convocatoria oficial de este acto en el Eliseo no se hace una alusión directa a la guerra entre Israel y los terroristas de Hamás, este habrá sido, sin duda, un asunto a tratar, con lo que la presencia de Sánchez puede resultar tan indeseable para nuestros socios como indeseada por parte del presidente del gobierno. En este sentido, cabe recordarse que nada más producirse la masacre terrorista contra Israel, España fue el único país occidental con ministros que, haciendo uso de su cargo, no solo rechazaron apoyar a Israel en su guerra contra Hamás, sino que le criminalizaron y acusaron de graves delitos internacionales. Desde entonces, ha sido el propio Sánchez el que ha criminalizado la intervención militar israelí hasta el punto de recibir las felicitaciones de los terroristas de Hamás.

Lo peor es que el gobierno español, lejos de tratar de enmendar el entuerto, parece decidido a agravar todavía más la crisis con el Estado de Israel. Buen ejemplo de ello lo ha dado nuestro ministro de Exteriores, José Manuel Albares, quien, tras dar por "zanjada" la crisis diplomática con Israel, ha vuelto a arremeter contra el presidente Netanyahu acusándole de decir falsedades sobre lo que dijo Pedro Sánchez. Hay que ser muy caradura para hacer esa acusación a Netanyahu, puesto que lo que dijo Sánchez es tan público, notorio y repugnante como para ser merecedor de los elogios de los terroristas de Hamás.

¿Y qué decir de la forma de "zanjar la crisis" de la vicepresidente Yolanda Diaz, consistente en abrir la puerta a una reforma legal para procesar a Netanhayu en España por crímenes de guerra? Eso y no otra cosa significa su Proposición de ley orgánica de reforma de la ley orgánica 6/1985, de 1 de julio, del poder judicial, para "la protección de los derechos humanos y la jurisdicción universal en España", si tenemos presente las declaraciones de Díaz de finales del mes pasado en las que acusó a Israel de "crímenes de guerra" y por los que solicitó la "depuración de responsabilidades jurídicas".

En conclusión, que si al antisemitismo desatado de nuestro gobierno unimos su descarado proyecto de transición de la democracia liberal a un régimen de corte bolivariano, nos podemos hacer una idea tanto de los crecientes recelos de nuestros socios europeos como de las felicitaciones de los terroristas, incluidos los palestinos.

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