Definitivamente los límites de endeudamiento que fijan desde Bruselas no están hechos para todos. Francia o Alemania, el antaño tándem motriz de la Unión, se los saltan cuando les viene en gana. La Oficina Federal de Estadística germana ha hecho público hoy que la República ha vuelto a gastar más de lo que ingresa, mucho más, tanto como para llevar el déficit público a un indefendible 4%. Y Schröder tan fresco.

Lo peor no es tanto que los länder y municipios alemanes sean unos manirrotos, que lo son y, mientras gobierne quien gobierna, lo seguirán siendo, lo peor es el ejemplo que está dando la gran nación del norte. Solbes, de vacaciones pero al tanto de lo que gastan sus amigos, ya tiene la excusa perfecta para hacernos un poquito más pobres gastando lo que tiene. Si lo ha hecho Alemania nosotros no vamos a ser menos pensará el atribulado ministro. Si en Berlín han convertido el Pacto de Estabilidad en algo muy similar al papel higiénico, en Madrid lo sensato es hacer lo propio y abrir el grifo. En lo que no habrá caido el ministro es que, en Alemania, el grifo lleva tanto tiempo abierto que les está dejando sin agua.