En general, el intervensionismo reinante suele encontrar buenas excusas para mantener todo tipo de tinglados en manos públicas. No obstante, es difícil precisar cuales pueden quedar para mantener el CIS funcionando. Algunos, cada vez menos, aducirán que sirve para poder tener sondeos objetivos, que no estén hechos a la medida de quien los paga. Son los mismos que ven la paja al comportamiento de empresas y mercado e ignoran la viga pública. Porque parece que las fabulosas previsiones, nada hechas a la medida del gobierno de turno, de nuestro honorable instituto demoscópico ante las europeas debería crear liberales demoscópicos a espuertas.

Señor Zapatero, por favor, privatice el CIS. Piense que así sacará dinero para darle a los artistas.