Rodríguez Zapatero debió de pensar en su momento que sus sonrisas le saldrían gratis. A él, puede. Lo que no está claro es la factura económica e institucional que tendrán que pagar los españoles. Se acerca septiembre y con él la necesidad de asegurar la mayoría que apruebe los presupuestos. Carod-Rovira ya no le hace al Gobierno la misma gracia que antes y busca un apoyo que le permita desembarazarse de ERC sin coste político. Lo que busca es el PNV.

El PSOE ha mantenido varias reuniones secretas con el PNV, de cuyo contenido nada sabemos. Sí sabemos que el PNV hace de cada movimiento político un nuevo chantaje. Así, a las viejas pretensiones imperialistas del nacionalismo vasco hay que sumar nuevas ocurrencias, como la creación de una macrocaja vasca, la desmilitarización la Guardia Civil, aprovechando el caso Roquetas o un nuevo estatuto. Por el momento, el PSOE puede ofrecer a cambio los votos que le ahorren al PNV la verguenza de necesitar a los batasunos para aprobar sus presupuestos, o un apoyo más duradero. Pero los nacionalistas aprovecharán que el PSOE vende barato para llevarse alguna ganga. Esperemos que los socialistas mantengan algo de cordura y no estén para el arrastre.