La distancia que separa a las principales formaciones se ha estrechado notablemente en sólo tres meses. Rajoy parece, con estos resultados, confirmar su estrategia de oposición y apuntalar el puesto al frente de su partido. Los resultados son también buenos para el PSOE, pues confirma que puede ganar sin necesidad de atentados terroristas y le da un respiro y una legitimidad extra.

Pero el principal ganador ha sido la abstención, no sólo en España, sino en toda Europa. Los ciudadanos perciben a la Unión como algo completamente alejado de sus intereses y, sobre todo, de su control. Y el proyecto de la Constitución Europea, redactado por burócratas y pactado entre gobernantes, no hace más que ahondar en esa percepción. Los políticos protestan porque no se da importancia a Europa. Pero a lo que no se da importancia es a este Parlamento que ve como todo lo deciden las reuniones entre ministros.