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En catalán no, que tienen que entendernos

Dentro de las muchas muestras de mala educación que ayer pudimos ver en los separatistas catalanes con motivo del homenaje a las víctimas del atentado de Barcelona, hay una que llama especialmente la atención: la colocación de una pancarta enorme contra el Rey, que los mozos de escuadra dijeron que no podían quitar.

El texto de la pancarta, ilustrada con una fotografía de Felipe VI cabeza abajo, señalaba que "el rey español no es bienvenido en los países catalanes". Pero, ¿se fijaron Vds. en el idioma en que la pancarta estaba escrito?

La pancarta estaba en inglés. No en catalán, ese idioma con el que dicen querer vertebrar la futura república, sino en inglés. ¿Y por qué estaba en inglés la pancarta? Pues porque de lo que se trataba es de hacerse entender, de lanzar un mensaje al mundo.

¿Y qué tiene uno que hacer para que el mundo lea más fácilmente tu mensaje? Pues usar un idioma que el mundo entienda. Y hoy en día existen dos opciones: o el inglés, idioma oficial en 54 países, lingua franca del siglo XX y que es el idioma más hablado del mundo, con 380 millones de hablantes nativos y unos 1100 millones de hablantes en total; o el español, idioma oficial en 21 países, que cuenta con 477 millones de hablantes nativos y 572 millones de hablantes en total. El inglés tiene un mayor alcance global, mientras que el español tiene más alcance dentro del segmento de audiencia más interesado en las noticias provenientes de España.

Puestos a elegir en qué idioma redactar una pancarta para que tenga el máximo impacto, lo lógico sería usar los dos principales idiomas del mundo: inglés y español. Pero en este caso se entiende que no quisieran emplear el español, ya que de lo que se trataba era, precisamente, de marcar distancias con España. De modo que la pancarta acabó redactada en inglés.

Aunque lo noticioso no es el idioma en que estaba redactada sino, como antes apuntaba, el idioma en que no se redactó: el catalán. A la hora de hacerse entender por la opinión pública mundial, recurrimos a un idioma que nos sirva a ese propósito, porque sabemos perfectamente cuáles son las exigencias de la comunicación y del marketing, pero a la hora de educar a los niños de los ciudadanos de a pie de Cataluña, les obligamos a usar como lengua vehicular un idioma que ni nosotros mismos queremos usar cuando lo que hace falta es que te entiendan.

Por supuesto, los dirigentes separatistas son conscientes de que obligar a los niños a aprender en un idioma sin proyección global disminuye sus posibilidades de éxito futuro; por eso muchos de ellos envían a sus hijos a escuelas privadas, en las que la inmersión en catalán no cause estragos. Lo lamentable, por tanto, es que, siendo conscientes de las consecuencias, no les importe usar a los niños de los demás como rehenes lingüísticos de sus intereses políticos: "Tu aprende en catalán, porque te necesito diferente a los restantes españoles, que yo ya usaré otros idiomas distintos del catalán para educar a mis propios hijos y para hacerme entender por el resto del mundo".

El texto de la pancarta que pusisteis es incorrecto, queridos. No es al Rey de España al que repudiáis. A quien sometéis a un diario y planificado acto de repudio con vuestras políticas lingüísticas, es a vuestros propios conciudadanos y a sus hijos.

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