Es el sumum de la indecencia. No le basta con negarse a abandonar un convento de una orden a la que ya no forma parte. La exabadesa y líder del cisma de Belorado ha sido detenida por la presunta apropiación indebida de bienes catalogados como patrimonio histórico de los monasterios de Nuestra Señora de Bretonera (Burgos) y de Santa Clara de Orduña (Vizcaya).
Las piezas, algunas de ellas recuperadas por la Guardia Civil, habrían acabado vendiéndose en el mercado negro con la colaboración de un anticuario, que también ha sido arrestado. Los investigadores, que han informado este viernes de la detención de otra de las exreligiosas de la comunidad, no descartan que haya nuevas actuaciones. Creen que Laura García de Viedma (antes sor Isabel de la Trinidad) tenía algún cómplice más en su entorno cercano.
Las imágenes que ha dejado la actuación policial no tienen desperdicio. Agentes registrando los monasterios, sacando piezas envueltas en telas —algunas parecían cadáveres— y deteniendo a quien fuera madre superiora de Belorado, Derio y Orduña. Después fue el turno del anticuario, a quien se acusa de la receptación de las piezas a sabiendas de su procedencia ilícita.
Registros y detenciones
Eran alrededor de las ocho y media de la mañana de este jueves cuando cinco vehículos de la Benemérita llegaban al cenobio burgalés. Las exreligiosas se negaban a abrir, lo que hizo la situación aún más tensa. Querían ganar tiempo para que le diera tiempo a llegar a su abogado, Enrique García de Viedma, que —además— es el hermano de la líder cismática.
A las tres de la tarde, los agentes se marchaban de Belorado con la exabadesa en la parte trasera de uno de los coches policiales. No la pudimos ver porque las ventanas del vehículo habían sido tapadas. La detenida fue trasladada a dependencias de la Guardia Civil de Burgos para prestar declaración.
Venta de oro ilegal
Las compañeras de Laura García de Viedma se han mostrado sorprendidas por los registros efectuados por la Guardia Civil y la detención de quien fuera abadesa del monasterio. Sin embargo, era de sobra conocido que la exreligiosa ya estaba siendo investigada a título personal por la venta de 1,7 kilogramos de oro que era propiedad de la comunidad religiosa por valor de 130.000 euros.
Un asunto que adelantó en su momento el Diario de Burgos y que vio la luz muy poco después de que se supiera que las cismáticas de Belorado habían estado cobrando indebidamente la pensión de una monja fallecida durante años (unos 15.000 euros). Según explicó el periódico, los investigadores del caso —que investigaron el origen de las piezas— se sorprendieron del considerable tamaño de las mismas.
No tiene límites
La exabadesa parece ser aficionada a moverse en terrenos pantanosos. Aquellos que separan la legalidad de lo que no lo es. "Acabará en la cárcel", vaticinan fuentes eclesiales cercanas al caso consultadas por Libertad Digital, "es una delincuente". Nos recuerdan episodios como los del criadero de perros que montó en Belorado. "Un negocio ruinoso además de ilegal". Es un suma y sigue. "Lo que hizo con los lingotes, lo del patrimonio histórico y lo que está haciendo con las hermanas mayores —muy vulnerables por su estado de salud—, que no deja que las saquen", señalan las mismas fuentes.
Hacen referencia a lo que ocurrió este jueves en el monasterio de Orduña, tras hacerse pública la intervención policial. La Federación de Clarisas acudió al convento vasco para hacerse cargo de las ancianas, que forman parte de la verdadera comunidad de Belorado —teniendo en cuenta que las cismáticas fueron excomulgadas y expulsadas de la vida consagrada un mes después de anunciar su ruptura con Roma, en junio de 2024— en cumplimiento de la orden emitida por el juzgado de Briviesca que ordenaba su traslado a un cenobio de la orden. No se lo permitieron.


