Ya que vamos a estar en Washington, sería un pecado no acercarnos a conocer Baltimore, a poco más de media hora de viaje en el Acela Express, el tren de alta velocidad de los
Estado Unidos.

Para ti y para mí Baltimore tiene un significado especial : es la patria de dos de nuestro ídolos máximos, Divine y John Waters. Así que te propongo que nos cojamos un día y nos
escapemos a visitar algunos puntos de máximo encanto dentro de nuestra particular mitología :

1)   El barrio del Hampden es el plató perfecto donde Waters ha rodado muchas escenas de sus películas, especialmente “Pecker” y Los sexoadictos”.

Podemos desayunar en el Café Hon, comprar libros en Atomic Books (donde Waters habrá estado firmando su último libro unos días antes, así que seguro podremos adquirir un ejemplar autografiado), pasear por la calle West 36…

2)  La escultura de Divine que hay en el American Visionary Museum no es precisamente la más bonita del mundo, pero así nos acercamos hacia la zona de la bahía.

3)  Prospect Hill Cementery : Vamos a llevarle unas flores a la tumba de Divine, que como verás, está un poco guarra de tanto beso con carmín que le plantan los fans a la lápida.

4)  De camino de vuelta a la estación, otra parada de ultratumba, el sepulcro de Edgar Allan Poe. Aquí no le plantan besos de carmín, pero le dejan botellas de vino.

5)  Y como broche de oro final, nos acercamos a dos de los clubs de ambiente favoritos de John Waters, el Club Charles y The Drinkery, y a la vuelta de la esquina de este último,
tenemos que encontrar el punto exacto donde Divine se comió lo que se comió en el escena final de Pink Flamingos.

¡¡Prepara la cámara!!