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La era de la desinformación

Internet es una maravilla. Buscas y encuentras. Tienes una duda y la aclaras. Necesitas confirmar una información y lo haces. Y crees que los datos que has hallado son correctos. Ciegamente.

En ese momento crepuscular entre el final de la década de los ochenta y el principio de los noventa caí rendida ante la tecnología de los ordenadores. Tuve un Spectrum, un Amiga, un Atari y finalmente aterricé en el Macintosh para nunca más cambiar (sé que tenemos un agrio debate al respecto). En 1992, en el Congreso de Estados Alterados de Conciencia que se celebró en San Luis Potosí, México, alguno de los científicos que participó me dio por primera vez una dirección de correo electrónico. Era el momento de devorar revistas como Mondo 2000, en plena era cyberdélica, post-acid house. En una de las hojas de promoción de los discos de Fangoria escribimos :¿son los 90 los 60 al revés? Se supone que estábamos ante el despertar de una nueva época.

Unos años atrás ya me había enganchado a las teorías de Alvin Toffler, el autor del best-seller La Tercera Ola. Para mí fue una revolución de pensamiento. Introducía la noción de que nos encontramos en una tercera etapa de la humanidad, considerando la primera la agraria, la segunda la industrial y la tercera esta de la revolución tecnológica y la información. Los libros de Javier Echevarría, especialmente Telépolis también me hacían soñar con una sociedad que cambiaba a marchas forzadas.

Sin duda estamos en la era de la información, todo se basa en esto. Nunca antes hemos tenido acceso a tantos datos de forma tan inmediata. Nada que objetar, soy adicta a la búsqueda interminable de datos. Internet es una gran biblioteca de Alejandría al alcance de todos, un sueño hecho realidad. Pero, ¿cuántos de esos datos son fiables? ¿Cómo fiarse de una Wikipedia que puede actualizar cualquiera? Ya hay empresas que se encargan de intoxicar la información introduciendo datos falsos, personajes inexistentes, historias de ficción que pasan por historia. ¿Y qué me dices de que el contenido de cualquier blog o foro se cuele como información y no como opinión? Yo creo que los blogs y foros no deberían abrirse cuando tecleas una búsqueda en Google. Deberían ser como un diario privado al que solo se pueda acceder desde sus correspondientes portales. De hecho también se sabe que algunas páginas mencionan continuamente los nombres de personas o grupos bastante buscados para así aumentar su número de visitas, que de otra forma sería escasito.

Te cuento esto porque en la última semana se han publicado y dado por buenas fechas de conciertos de Fangoria que no estaban confirmadas en absoluto. Una, la de nuestra actuación y la de Nancys Rubias con Kylie Minogue en Madrid. Es cierto que nos llamaron, pero Fangoria teníamos ya contratada ese mismo día una gala en Valencia y no ha sido posible cambiarles la actuación para otro día. Otra noticia, la de nuestra gira por Estados Unidos. Son las ciudades de las que estamos hablando, pero no en las fechas que se han publicado, ni siquiera está confirmado.

Ya nos pasó durante la grabación del último disco de Fangoria, leímos que iba a tener un título en el que nunca habíamos pensado, por no hablar de títulos de canciones que nunca han existido. Todo esto me hace ser muy cauta con la información que me dedico a rastrear. Es como cuando ten encuentras con alguien y te dice muy enfadado, Oye, te he pedido ser amigo de MySpace, o Facebook, o lo que sea, y no me has aceptado, y es que como yo no tengo nada de eso, detesto las redes sociales, pues resulta que todos esos perfiles abiertos como Alaska, Fangoria, etc, no tienen nada que ver conmigo. Hombre, te diré que me ha hecho gracia que alguien abriera en Facebook un perfil como la caída de Alaska y ahora haya gente haciéndose amiga de la caída que tuve en el concierto de Madrid.

Te dejo las portadas de los libros mencionados. Dirás que últimamente sólo te cuelgo en el blog portadas de libros. Es que este fin de semana comienza la Feria del Libro de Madrid, en el Retiro y paso por una época más bibliófila de lo habitual, si cabe. Es una lástima que ya no vayamos tanto, las últimas veces, de hecho, ha sido porque tú o yo estábamos en una caseta firmando nuestros libros. En la era Pegamoide Tardía y Dinarámica Reciente era una cita ineludible, sobre todo porque a Nacho y a mí nos coincide con nuestros cumpleaños, así que íbamos a auto-regalarnos bolsas y bolsas de libros. Ahí compré mis primeras novelas del Ciclo Artúrico. Las únicas novelas que sigo soportando, por cierto. Desde que estudio Historia y leo tanto ensayo he entrado en crisis con la novela, ninguna me ha enganchado y he terminado por claudicar. Te digo esto porque voy a ser un juez muy severo a la hora de juzgar esa novela que te tienes que poner a escribir ya.

Vamos a usar este espacio para comunicarnos, dejarnos recados, enseñarnos las fotos y noticias que descubrimos... para contarnos todas esas cosas que no nos da tiempo a comentar en el día a día. Esto es, en definitiva, un blog cerrado al que sólo tenemos acceso nosotros dos, una extensión de nuestra vida

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