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Eso sí que es un trípode de bolsillo

¡Y por sólo diez dólares!

Sin duda uno de los accesorios fotográficos más engorrosos a la hora de meterlo en la maleta es el trípode, así que también suele ser el que más echamos de menos porque, finalmente, acaba quedándose en casa. Por suerte, hay algunos modelos pequeños que, sobre todo en cámaras compactas, pueden ayudarnos con las funciones básicas sin tener que llevarnos todo el armatoste.

Pero para los que todavía crean que estos pequeños trípodes son demasiado grandes y pesados hay una opción más ligera (y mucho más fardona) que he encontrado en el Diario del viajero: una especie de sobretapón que, colocado encima de una botella de agua llena, nos proporcionará, aparentemente, el soporte necesario para esa foto de grupo o esa imagen nocturna que necesita una exposición prolongada.

La verdad es que por ese precio me apetece comprarlo, lo malo es que no creo que sirva para mi cámara SRL. Para el que se decida, puede pedirlo en esta página web (llena de otras muchas chorradas fardonas).

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