Todos los caminos llevan a Roma
O eso dice el refrán. Lo cierto es que el viajero, llegue por el camino que llegue, siempre se siente impresionado por la grandeza de la Urbe. Pero ¿cómo viajaban hasta allí los turistas de hace casi dos mil años? ¿Qué veían en Roma, dónde se alojaban, qué les llevaba a afrontar los peligros del camino para visitar la capital del mundo antiguo?
En este breve libro, La antigua Roma por cinco denarios al día, de Philip Matyszak, publicado por Akal este año en su colección Viajando al pasado, podemos encontrar la respuesta a estas preguntas y a muchas más, como cuáles son las siete colinas o de dónde procede la palabra sarcófago.
Se trata de una especie de guía de viaje de la antigua Roma al estilo de las actuales pero, naturalmente, refiriéndose al pasado (está ambientada, más o menos, hacia el 200 d.C.) Tiene las secciones que uno espera encontrar en toda guía: cómo llegar, dónde alojarse, monumentos, compras, mapa, y hasta una divertidísima sección de frases útiles (en latín, claro está. Impagable el Noli me vocare, ego te vocabo). También tiene numerosas ilustraciones, algunas de ellas en color: reconstrucciones por ordenador bastante logradas de los edificios más importantes de la época. Anécdotas, curiosidades, datos útiles, citas de grandes autores latinos o de personajes históricos, una receta de cocina tradicional en la que no faltan el repugnante y ubicuo garum ni el lirón relleno...
Naturalmente, el propósito no es servir de guía de viajes para conducirnos por la Roma actual en busca de unos monumentos de los que, en el mejor de los casos, no quedan más que ruinas, sino introducirnos en la antigua Roma cotidiana, una ciudad viva, la más grande de la Antigüedad, donde podías encontrar de todo, lo mejor y lo peor. Y esta guía sirve estupendamente a ese propósito: acercarnos a la historia viva de Roma, no sólo como nos la cuentan en el colegio (los que hemos tenido la suerte de que nos la contaran, al menos), sino con sus detalles menos conocidos, sus anécdotas, sus sorprendentes secretos. Veremos cómo vivían los romanos de a pie, cómo, asombrosamente, se parece todo tanto a nuestra vida cotidiana. Y es que, aunque hayan pasado tantos siglos, seguimos siendo hijos de Roma.
Es un libro muy ameno, que gustará tanto al experto en Historia, gracias a lo divertido que es y a su falta de pretensiones serias, como al que no sabe de Roma más que lo que ha leído en los libros de Astérix (estupendísimos, por otra parte). Lo considero también muy adecuado para jóvenes, si bien las jugosas secciones dedicadas a los prostíbulos romanos y otras costumbres recreativas de la época lo hacen poco aconsejable para los más pequeños.
La única crítica que le haría a esta estupenda guía es que su autor parece no decidirse por un enfoque: a veces escribe como si estuviera en el siglo III y se dirigiera a sus contemporáneos, lo que parece lo más lógico, pero en otras ocasiones habla desde el presente, a nosotros, lectores del siglo XXI, señalando que tal o cual edificio no se construyó hasta x años más tarde, que en Roma no había tomates (obviamente), o que los barcos de tal tipo eran como los petroleros de la época. Esta aproximación también tiene sentido y permite explicar muchos detalles que si no se perderían. El problema es que mezcla ambos enfoques.
Si nos ha gustado este libro, en la misma colección de editorial Akal encontraremos una guía de la antigua Atenas por cinco dracmas al día. Son obras bien editadas, con tapa dura, índice, mapas, ilustraciones y buen papel. Esta guia de la antigua Roma no pretende ser un libro de investigación ni de referencia, pero no por ello deja de estar muy documentado: combina estupendamente rigor y amenidad. Y, como todo buen libro, nos lleva a otras lecturas: a otras obras sobre Roma, sobre su Historia, sobre nuestras raíces.
La antigua Roma por cinco denarios al día. Philip Matyszak. editorial Akal (2012), 144 páginas.
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Aquí os dejo el audio de la sección Los libros de Es la Mañana con Federico en la que he reseñado este libro, acompañada de los estupendos Andrés Amorós con Washington Square, Jorge Alcalde y El poder de la neurodiversidad y Ayanta Barilli, que nos trae Un huevo con sorpresa. Al mando, nuestra Carmen Carbonell.