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La hora de Paniagua: Si lo construyes, ¿vendrán? (I)

 

“…Porque nos recuerda todo lo que una vez fue bueno y que podría ser bueno otra vez. La gente vendrá, Ray. La gente, definitivamente, vendrá”. (Extracto de la película “Field of Dreams”, “Campo de Sueños”).

Los Brooklyn Nets empezarán a jugar muy pronto partidos oficiales en su flamante cancha situada en pleno corazón del populoso barrio neoyorquino de Brooklyn: entre Flatbush Avenue y Atlantic Avenue exactamente. Es imposible encontrar una ubicación más brooklinita.

Sin embargo, tengo cada vez más dudas de que a los verdaderos dueños del cotarro, al constructor Bruce Ratner y al dueño de los Nets Mikhail Prokhorov, que son las cabezas más visibles de este megaproyecto inmobiliario, les importe destacar especialmente la marca “Nets”.

Ni que decir tiene que, en los albores de la construcción del Barclays Center, los ricos y poderosos soltaron a los brooklinitas aquella frase tan típica y demagógica: “Este estadio es para vosotros y traerá gran prosperidad económica para el barrio; para todos”, nos dijeron. Pero, como era de esperar, la agenda de los dueños ha ido, va, e irá, por otro lado. En todos los informes que circulan estos días saludando la nueva construcción, el uso del apodo “Nets” está estratégicamente reducido. Se usa mucho más la expresión “Entertainment”, (“Entretenimiento”), que “Brooklyn” o “Nets”.

Por lo visto hasta ahora, prima el entretenimiento, sin duda. Una muestra. El Barclays Center tiene ya todas las fechas ocupadas para los próximos seis meses con eventos tan dispares como circo, rodeo, boxeo, baloncesto universitario, música –están confirmados The Who, Journey, Bob Dylan y Leonard Cohen entre otros- y por supuesto baloncesto profesional. La apuesta de Míster Ratner y sus socios parece clara: una metrópolis como Nueva York puede albergar perfectamente dos Arenas del nivel y rango del legendario Madison Square Garden –uno de los edificios más emblemáticos y más reconocibles del barrio de Manhattan- y del nuevo y flamante Barclays Center de Brooklyn.

La cuestión es: ¿vendrá la gente a ver los eventos del Barclays Center?.

Yo creo que la respuesta es sí. Creo que la gente vendrá. Sobre todo, porque el Barclays Center, como opción de ocio en el área metropolitana de Nueva York, es una alternativa muy atractiva. Pero lo que también tengo muy claro es que los aficionados al baloncesto irán a ver a los Nets en la medida en que los Nets se dejen ver. Es decir, la gente vendrá al Barclays si los Nets son un buen equipo y consiguen ser en Brooklyn lo que casi nunca fueron en Nueva Jersey: un conjunto con opciones de ganar más partidos que de perderlos.

Está por ver. Desde que el oligarca ruso Mikhail Prokhorov comprara el club hace tres años, los aficionados no tienen claro el compromiso real de Mr. Prokhorov con la causa de los Nets. Sobre todo en el aspecto eminentemente deportivo. A mí me consta que el señor Prokhorov está involucrado con la causa de los Nets a tope. Pero también me consta que el hombre, acostumbrado al modelo europeo de gestión deportiva, no se esperaba que la NBA fuera tan sumamente complicada a la hora de construir plantillas ganadoras. Por eso, siempre he sostenido –y sostengo- que Mr. Prokhorov es un propietario que va mucho más con el modelo del beisbol americano –en cuya liga el que más dinero tiene puede fichar a los mejores jugadores y construir el mejor equipo- que no en la NBA donde, al menos en esencia, la Liga trata de dar igualdad de oportunidades a los clubes más ricos y a los más pobres.

Mister Prokhorov ha tenido más de una desilusión motivada por el modus operandi de la Liga NBA en cuanto a fichajes se refiere. En el verano de 2010, el hombre pensó que su dinero y su atractivo personal podría atraer a estrellas como LeBron James o Chris Bosh a los Nets: solo para ver cómo ambos acababan en los Heat de Miami. En 2011, lo intentó con Tyson Chandler, e incluso con Nené Hilario, y acabó fichando a Kris Humphries. Este verano lo ha intentado todo –literalmente- con Dwight Howard. Y, sin embargo, al final, el singular pívot también le ha dado calabazas. Por cierto, Mr. Prokhorov sueña todavía con la idea de que Howard será jugador libre al final de esta temporada. Entonces él volverá a la carga y el pívot decidirá firmar, por fin, con los Nets. Pero imagino que Mr. Prokhorov ignora que los Nets no tienen, al menos ahora mismo, espacio salarial para ficharlo.

Es verdad que los Nets de 2012-2013 se han reforzado bien con el fichaje de Joe Johnson. Y no es menos cierto que mantienen a Gerald Wallace y, sobre todo, al olímpico Deron Williams en su plantilla. Eso hace que, incluso sin Howard, los Nets sean un equipo serio y con posibilidades de acceder a los playoffs.

Pero me temo que la ausencia del expívot de los Magic les dejará por detrás de, al menos, tres equipos del Este –Miami, Boston y , probablemente, Chicago- y de, al menos, otros tres del Oeste: Oklahoma City, Lakers de LA y San Antonio.

Por debajo de ese nivel de juego -equipo de playoffs con eliminación temprana- el futuro es difuso. Con un precio medio de 180 dólares por billete, los aficionados al baloncesto irán a ver a los Nets contra los Lakers, contra el Miami y, por supuesto, contra los Knicks. Pero en partidos contra el Charlotte o los Suns, el Barclays puede estar casi vacío si el equipo no va bien.

Y no hay nada más terrible que contemplar un modelo de arquitectura deportiva moderna, como el Barclays Center, con muchos asientos vacíos.

(Continuará).

Miguel Ángel Paniagua (publicado en GIGANTES)

Miguel Ángel Paniagua en Twitter: @pantxopaniagua

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