España ha tenido mala suerte, muy mala suerte. La pandemia del coronavirus nos ha sorprendido con un Gobierno de incompetentes, necios, mentirosos, resentidos e ignorantes como no se ha dado otro en toda nuestra historia. Otros Gobiernos del PSOE y del PP podrían haber cometido errores, sin duda, pero no tantos ni tan dramáticos y obscenos como este Gabinete de los horrores que preside Pedro Sánchez con la colaboración de Pablo Iglesias, los golpistas separatistas y los proetarras.
El escándalo del IVA y el precio de las mascarillas es la última muestra de la fatal conjunción entre maldad y estupidez de la que hacen gala este Ejecutivo y los grupos parlamentarios que lo sostienen. La osadía, chulería y estulticia mostrada este miércoles en Televisión Española por la portavoz del grupo socialista, Adriana (Perdonavidas) Lastra, es muy difícil de alcanzar, por no decir imposible. Había que ver el descaro y el cuajo con el que esa señora ha difamado al Gobierno de Italia, al que ha acusado de saltarse la ley al eliminar el IVA de las mascarillas. Y con qué desparpajo ha intentado mentir a todos los españoles al decir que se requiere el visto bueno de la Unión Europea para reducir el citado impuesto en los tapabocas. Como la mentira tiene las patas muy cortas, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha dejado a Lastra como una auténtica embustera un par de horas después al anunciar en el Congreso la rebaja del IVA.
Pero es que todos mienten. Ya en abril la Unión Europea autorizó la rebaja o eliminación del IVA del material sanitario, de modo que tal autorización no es de esta mañana ni fruto de intensas negociaciones con Bruselas, tal como sugieren la citada Montero o Pablo Echenique. Lo que dicen es falso, tan falso que ese siniestro Ministerio de la Verdad que se han montado en Moncloa debería actuar de oficio y en consecuencia.
El Gobierno se ha resistido durante meses a rebajar el IVA de las mascarillas porque el impuesto le permitía recaudar 1.568 millones de euros al año, un dinero imprescindible para que el Ministerio de Igualdad incite a cambiar de sexo a los adolescentes confusos o permita abortar sin conocimiento de sus padres a niñas de 16 años. O para una ley de memoria consagrada a fomentar el odio y el revanchismo. Sólo la presión ciudadana y ser el único país de la Unión Europea que gravaba las mascarillas con un 21% de IVA ha forzado a este Gobierno a rectificar.
Sin embargo, habrá que ver cuándo entra en vigor y cómo la reducción del precio de las mascarillas. Y es que hablamos del Gobierno que se niega reconocer que ya han muerto casi setenta mil personas por el coronavirus, muchas de ellas debido a su nefasta gestión. El mismo Gobierno que iba a establecer un ingreso mínimo vital que no llega a la mayoría de sus destinatarios. Ese Gobierno incapaz de hacer frente a los pagos de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo. El Gobierno que ha arruinado a miles de autónomos y empresarios. El Gobierno capaz de eliminar el español de los colegios para satisfacer a ERC y Bildu. Un Gobierno, en suma, de completos inútiles.