Renace la polémica de las desaladoras. Un carta de 1995 a la que ha tenido acceso Fax Press desvela que el entonces ministro de Obras Públicas, Josep Borrell, no estaba en absoluto de acuerdo en aquel entonces con eso de desalar el agua marina para paliar las escaseces hídricas de nuestra tierra. Por contra se decantaba por los trasvases. Igualito que el PP, pero un lustro antes. Todo un precursor del denostado PHN.

Y es que es de cajón, si hay un río cerca lo lógico es aprovisionarse en el y no esperar a que el precioso elemento se pierda en el mar y luego tener que desalarlo a un coste astronómico, tanto económico como ambiental. Donde no hay cursos de agua, como, por ejemplo, Fuerteventura, no queda más remedio que recurrir a la desalación, pero no es así en la península.

Obtener un metro cúbico de agua de mar sale muy caro, mucho más que traerlo de otra parte, por muy lejana que esta sea. Parte de las aguas que riegan la huerta murciana vienen del alto Tajo, cientos de kilómetros al norte, y son para los agricultores realmente económicas. Si el ministerio construyese una desaladora en la cosa murciana y distribuyese el agua a su precio, muy probablemente los agricultores no podrían pagarlo y la huerta desaparecería. Y no lo dice Aznar, lo dijo Borrell....hace nueve años.