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Bruselas prefiere no escuchar

Si en el imaginario español "Europa" ha significado durante mucho tiempo "libertad", "democracia" y "modernidad", los hechos demuestran lo contrario. Sobre todo si con el nombre del Viejo Continente nos referimos a los órganos rectores de la Unión Europea. Para los interesados en ciberderechos y el desarrollo de la Sociedad de la Información las peores noticias proceden de Bruselas.
 
La Comisión Europea es, a día de hoy, una institución liberticida que actúa al margen de los ciudadanos. Ese órgano que quiere hacer obligatoria la tan peligrosa como ineficaz retención de datos de tráfico de Internet, es le mismo que planea imponer las patentes de software en la UE. Lo hace por la espalda e ignorando tanto la oposición del Parlamento Europeo como de miles de ciudadanos.
 
Las patentes de software no tienen una utilidad real y su único efecto real es frenar el desarrollo tecnológico, puesto que lo que se patenta son ideas y no inventos. Sin embargo, el Ejecutivo comunitario prefiere hacer caso omiso a la realidad, los ciudadanos y los representantes democráticos e imponer sus planes iniciales.

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