Ya es casualidad que el protocolo de Kioto haya entrado en vigor pocos días antes de la mayor nevada caída en Madrid en los últimos cincuenta años. Por estas cosas, los ecologistas y sus altavoces mediáticos fueron introduciendo ese extraño neologismo que es "cambio climático", un pleonasmo que olvida que el clima está permanentemente cambiando. Pero de este modo también pueden culpar al CO2 del frío y de la nieve, de las inundaciones y de las sequías, de los huracanes y hasta de los tsunamis sin que la gente normal frunza las cejas con extrañeza. Popper debe estar revolviéndose en su tumba.

Según Steven Milloy, el protocolo ha costado ya 3.145.587.922 dólares para evitar un calentamiento de 0,000032621grados centígrados, si aceptamos los modelos de predicción y las gráficas de medición de temperaturas vigentes. Eso sí que calienta.