Qué suerte tienen los vecinos de la Villa y Corte, con ese equipo de Gobierno suyo, tan liberal que otorga carnés de pureza ideológica y, no contento con ello, se dedica a predicar con el ejemplo.

 

¿Puede haber algo más liberal, estimados lectores, que imponerse el “titánico” pero “posible” objetivo de restringir en un 10% el tráfico privado capitalino? ¿Cabe mayor loa a la Libertad que emplear los recursos públicos en perseguir, coaccionar, dificultar la vida a los millones de madrileños que para ganarse la ídem se sirven de su utilitario? ¿Hay mejor manera de rendir tributo a la memoria de Hayek, Mises & Co. que pretender organizar las primeras Olimpiadas “sin automóvil privado”?

 

Habrá quien, leído lo leído y sintiéndose identificado con los principios del liberalismo de toda la vida, dé en exclamar, en plan Romanones: “¡Joder qué tropa!”. Pero es que hay gente pa to, que diría el torero.