
Comprando violencia doméstica
No suele haber soluciones a los problemas, y menos cuando éstos son complicados. Lo máximo a lo que se puede aspirar es a mejorar la situación existente. Siempre tendremos asesinatos, robos... y palizas a las mujeres por parte de sus parejas, pero se puede reducir su número. No obstante, en ocasiones el precio que hay que pagar puede ser demasiado alto. En un estado policial, suele haber menos robos, pero la carencia de libertades básicas es un precio demasiado alto por la seguridad.
Con las sucesivas leyes contra la violencia contra la mujer, actual nombre oficial del problema, puede que terminemos excediéndonos también, como indica la voz de alarma dada en Barcelona. Y si se aumentan demasiado las ventajas otorgadas a las mujeres maltratadas, es decir, si "compramos" violencia doméstica, alguien la venderá. Aunque sea falsa. Es una pena que el ser humano sea así, pero tampoco hay que cerrar los ojos ante esa realidad. Al elaborar una ley, hay que pensar siempre en la posibilidad de abuso y no da la impresión que ni el PP ni el PSOE lo hayan tenido mucho en cuenta en este asunto.
Otros blogs
- El blog de Regina Otaola
- Presente y pasado
- Más allá de la Taifa
- Made in USA
- Lucrecio
- LD Lidia
- La sátira
- Iberian Notes
- Blogoscopio
- Conectados
- Confesiones de un cinépata
- Crónicas murcianas
- Democracia en América
- Diego Sánchez de la Cruz
- Los enigmas del 11M
- El penúltimo raulista vivo
- Almanaque de la Historia de España
- Atlética Legión
- Blog Appétit!
- Seriemente
- Cara B
- In Memoriam
- Adiós, ladrillo, adiós
- Procesos de aprendizaje
- LD Libros
- Tirando a Fallar
- ¡Arráncalo, por Dios!
- Alaska & Mario
- El blog de Federico
- Artículos de viaje