Menú

Condenas para todos

Les ha llevado su tiempo, pero al final lo han conseguido. Un grupo de descontrolados de Falange ha tratado de agredir a Santiago Carrillo y a otras personalidades de la izquierda cuando ayer se disponían a entrar en una librería. Los responsables de la algarada son, sin sombra de duda, los propios falangistas, que han rescatado del baúl de nuestros peores recuerdos métodos que, desde hace mucho tiempo, eran patrimonio de los grupos de extrema izquierda.

Ahora bien, lo que ha abierto la caja de los truenos y ha hecho posible que esto, en pleno 2005, vuelva a suceder, es una cadena de decisiones políticas cuyo objetivo es que esto, o algo similar, terminase por acontecer. Las condenas, como era de prever, se han sucedido. El comportamiento de esa minoría violenta es intolerable. Sin embargo, no estaría de más que, cuando los descontrolados son de extrema izquierda -mucho más numerosos y mejor financiados- e incendian sedes de un partido demcrático y atacan a sus líderes, los mismos que se rasgan las vestiduras agitando el espantajo de los ultras lo condenen igualmente, cosa que, por descontado, no suelen hacer.

Herramientas

0
comentarios