
El último que cierre la puerta
Eso se decía no hace muchos años en Argentina. En España la gracia, maldita por cierto, está empezando a aplicarse en el sector secundario catalán, el de la industria, el que da de comer a miles de personas en esa región.
La multinacional italiana Beneton, que tenía una fábrica textil en Barcelona decidió irse hace unos meses. Los mejor pensantes podrían concluir que la empresa publicitada ferozmente por Oliviero Toscani vendía menos y por lo tanto cerraba fábricas. Pero no, los dueños de Benetton no venden menos sino más, y lo de lo que tratan es de ubicarse allá donde puedan producir de un modo más eficiente. Ese lugar existe y se llama Croacia, Hungría o Túnez. Los verdaderos beneficiados de nuestro prodigioso estado social son los trabajadores, pero los trabajadores croatas, húngaros o tunecinos.
Otros blogs
- El blog de Regina Otaola
- Presente y pasado
- Más allá de la Taifa
- Made in USA
- Lucrecio
- LD Lidia
- La sátira
- Iberian Notes
- Blogoscopio
- Conectados
- Confesiones de un cinépata
- Crónicas murcianas
- Democracia en América
- Diego Sánchez de la Cruz
- Los enigmas del 11M
- El penúltimo raulista vivo
- Almanaque de la Historia de España
- Atlética Legión
- Blog Appétit!
- Seriemente
- Cara B
- In Memoriam
- Adiós, ladrillo, adiós
- Procesos de aprendizaje
- LD Libros
- Tirando a Fallar
- ¡Arráncalo, por Dios!
- Alaska & Mario
- El blog de Federico
- Artículos de viaje