La ONG Médicos sin Fronteras ha decidido retirarse de Afganistán. A su juicio "ninguno de los actores en guerra" respeta su independencia. Su director en España, Rafael Vila Sanjuán, afirma sin empacho que "ambas partes" están aplicado una política de "estáis con nosotros o estáis contra nosotros". Sorprendente. En nuestra ingenuidad pensábamos que cualquier ONG occidental estaría sin fisuras a favor de la labor que la fuerza allí desplegada está realizando, pero no. Para los de Médicos sin Fronteras, pero con complejos, la coalición y los talibanes son exactamente lo mismo.

Es lo mismo el proyecto que un puñado de naciones libres está desarrollando en aquella tierra, que la dictadura medieval y bárbara del gobierno talibán. Es lo mismo dejarse la piel, y la cartera, en mitad del desierto para que las mujeres recuperen su dignidad, que encerrarlas en casa después de apalearlas a conciencia. Es lo mismo el imperio de la ley y las garantías jurídicas que los aliados auspician para el nuevo Afganistán, que las ejecuciones sumarias en un campo de fútbol. Es lo mismo, en suma, el aire ilustrado que la coalición quiere insuflar a un país castigado por la guerra, que el Corán, la barba y el sadismo inhumano. Señor Vila Sanjuán, hágase revisar la conciencia, entre la civilización y la barbarie hay que tomar partido. Su organización ya lo ha hecho.