Dicen por Europa que Zapatero es gafe, que lo que toca lo chafa. El ejemplo más reciente lo tenemos en las elecciones regionales de Renania-Westfalia. El partido del canciller Schröder se llevó un palo histórico y, por primera vez desde hace cuatro décadas, sus oponentes del CDU se hicieron con ese importantísimo estado. Como Schröder se veía en apuros los días previos a los comicios aceptó la oferta de nuestro presidente y comparecieron ambos en un mitin en la ciudad de Dortmund. Resultado de semejante "apoyo": un batacazo inesperado que ha hecho tambalearse al gabinete rojiverde de Berlín. Angela Merkel, la líder del CDU, puede agradecer ahora a Zapatero su inestimable contribución.

Como nadie aprende en cabeza ajena, los socialistas franceses, los de las 35 horas y el modelo social del paro, han requerido la presencia de Zapatero en el mitin de cierre de campaña del referéndum sobre la Constitución Europea que tendrá lugar hoy en Lille. Si hace buena su fama lo lógico es que el no arrase en la convocatoria. Esperemos que así sea; por el bien de Francia, por el de Alemania, por el nuestro y, naturalmente, por el de Europa.