No sabemos quien se cree que es la señora Trinidad Jiménez para asegurar que "nosotros no vamos a permitir bajo ningún concepto que un ministro británico acuda a un acto oficial a Gibraltar". En primer lugar porque España no tiene capacidad alguna para evitarlo, y la influencia que Aznar hubiera podido ejercer sobre Blair para convencerlo de que no celebrara en exceso el tricentenario la perdió ZP a las primeras de cambio.

Pero, sobre todo, porque Trinidad Jiménez podrá ser un alto cargo del partido que ostenta el gobierno, pero oficialmente no es más que concejal. La respuesta al Reino Unido debería provenir única y exclusivamente del ministerio encabezado por Moratinos. Claro que éste estaba muy ocupado agasajando al invasor de Perejil para ocuparse de estas cosillas.