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La "Gente del cine" cobra sus servicios a ZP

Antes que propagandistas al servicio del totalitarismo, Eisenstein y Rieffenstal eran consumados maestros del séptimo arte. Y, además, cuando ejercían de propagandistas, al menos tenían la decencia de identificarse como funcionarios de sus correspondientes partidos, de no escudarse en pretextos culturales y de no invocar una libertad de expresión en la que no creían. No tenían la necesidad de buscar su público, puesto que de eso se encargaban las autoridades turno, ya fuesen nacionalsocialistas o socialistas a secas.
 
El problema del cine español es que hay demasiados realizadores que quieren ser Eisenstein o Rieffenstal. Es decir, maestros de la propaganda política audiovisual. Pero la práctica totalidad de ellos carecen del talento del bolchevique y de la nazi para el séptimo arte y para la propaganda… se les nota demasiado la intención. Y, ni que decir tiene, también carecen de su decencia y de su coherencia. Pues cuando el espectador se niega a pagar la entrada para ver sus sesiones de auto-psicoanálisis y de propaganda tardosoviética, no se les ocurre otra cosa mejor que insultar al espectador por su evidente “americanización” y “mal gusto”.

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