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Las gracietas de Ibarra

El festival de bofetadas en la cúpula del PSOE nos devuelve al estado real de esa heterogénea organización que ni es partido, ni es socialista, ni es obrero ni, naturalmente, es español. Lo primero porque ni sus cuadros se han puesto de acuerdo sobre el modelo de Estado que quieren, lo segundo porque del combativo tipógrafo que lo fundó a la biutiful de Solchaga y Mariano Rubio hay un trecho considerable, lo tercero porque trabajar, lo que se dice trabajar, no es el punto fuerte de los políticos profesionales que hoy lo forman, y lo cuarto, asistiendo al espectáculo de los hechos diferenciales, del "Este País" y de las "Coordinadoras estatales", cuesta creer que siga mereciendo la E. 

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