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Lo mejor de cada casa

La cogitación más conocida de nuestro presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, es sin duda la Alianza de Civilizaciones. Dicha creación no podía resumir de forma más eficaz la esencia de Zapatero. El nombre es sugerente y una primera y descuidada consideración podría verlo como algo integrador. Justo lo contrario de lo que encarna. Igualar la civilización occidental, la que se ha dado los valores esenciales de la persona, con las demás, supone en el fondo degradarla. Pensar que los políticos pueden representar una civilización es totalitario. Pretender que las civilizaciones son como bloques que actúan, deciden y pueden aliarse es ingenuo y pobre. Son los individuos quienes lo hacen. Y finalmente, apelar a una alianza entre varios dignatarios sugiere que ésta se formaliza contra algo o alguien.

Y así, de quién se rodee Zapatero en su particular alianza, resulta especialmente significativo. Su peregrina Alianza de Civilizaciones, necesita de comparsas de altura intelectual y moral adecuadas. Y entre personas de verdadera dignidad personal e institucional, nos encontramos con otras más apropiadas para el invento, como  Mohamed Jatamí, reunión de los valores de tolerancia y liberalidad; Federico Mayor Zaragoza, ecléctico ex-director de la UNESCO; Kofi Annan, que ha dejado a la ONU a la altura del betún. Serán personas como Mohamed Jatamí quienes nos den lecciones "para acabar con los prejuicios", en palabras de Máximo Cajal. Podemos prepararnos a todo un baño de talante zapateril.

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