El incendio de Río Tinto es el mayor registrado desde 1991, pero Greenpeace calla. El presunto culpable se enfrenta a unánimas miradas acusatorias, mientras el capitán del Prestige fue homenajeado y festejado. Cascos se fue a cazar, Chaves a un concierto con Felipe González y la mujer de ZP. Entonces no murió nadie, mientras en Andalucía han muerto dos personas cuyo recuerdo por parte del presidente ha sido declarar que esto no ha sido tan grave porque "siempre cabe la reforestación". ¿Nunca más?

Puede que contar esta pequeña historia sea demagógico, pero no es más que una pequeñísima parte de la moneda que hace circular con tanta alegría la izquierda. No veremos la presión mediática del Prestige y ni siquiera la de Aznalcóllar. Andalucía se ha quemado con el gobierno equivocado.