La larga comparecencia del ex Ministro Acebes en la Comisión de Investigación sobre la masacre del 11 de marzo está dando mucho de sí. El que fuera el personaje más demonizado por la izquierda plural, es decir, jacobina, en aquellos días de duelo y vergüenza ha apuntado a su selecto auditorio una clave que no debería dejarnos fríos; en la Historia oficial sobre el 11-M, la escrita por el vencedor, no encajan las piezas.

No encaja la campaña desatada desde una emisora de radio para sacar a la gente a la calle en plena jornada de reflexión. No encaja la fábula sobre los terroristas suicidas en Atocha. No encaja el hecho de que el PSOE dispusiese de información antes que el Ministerio de Interior. No encaja que quieran acusar al PP ahora de querer involucrar a ETA, cuando entonces lo hizo todo el mundo a excepción de Otegui. No encajan las sospechosas conversaciones de líderes, situados al margen del consenso constitucional, que han salido a la luz hace pocos días. No encaja que Rubalcaba corease desde Ferraz lo mismo que los congregados frente a Génova. No encajan los rumores absurdos que apuntaban a un golpe de estado inminente por parte del Gobierno Aznar. No encajan muchas piezas, demasiadas quizá, y parece que no encajarán por mucho tiempo, el tiempo que en esta nuestra baqueteada nación la verdad sea un incordio para gobernar.