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No pueden vivir sin déficit

Los socialistas parecen amar tanto el déficit público, es decir, que los hijos se vean obligados a pagar los dispendios de los padres, que han decidido inventarselo incluso cuando no hay. Solbes ha decidido que las cuentas que tanto a él como a su sucesor Almunia les parecían estupendas desde la atalaya de la Unión Europea ahora sean falsas y mentirosas. La técnica la explica Alberto Recarte, incluso en sus detalles más ínfimos.

Y todo esto, ¿para qué? Para que cuando, ellos sí, tengan déficit de verdad, puedan alegar una excusa. Reescribir el pasado para justificar el presente. Otra costumbre socialista casi ancestral.

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