A pesar de que ese lince del análisis político que atiende al nombre de José Blanco aseguró la semana pasada que nadie en el PSC se había quejado de la deriva nacionalista del partido en Cataluña, lo cierto es que en el oasis socialista están empezando a aparecer fisuras. Primero fueron los intelectuales de izquierda con Albert Boadella a la cabeza, los que denunciaron una situación tan anómala como irritante proponiendo como remedio la fundación de un nuevo partido de izquierdas y españolista. Los efectos de la iniciativa no se han hecho esperar y dentro del PSC las voces discordantes -que siempre han existido- han subido el volumen del altavoz de quejas sabedores de que ahora quizá sí les escuchen.

Son dos corrientes críticas: Ágora Socialista, que languidecía desde hace tiempo ignorada por todos, y Socialistas en positivo, de nueva creación. Denuncian lo que muchos saben desde hace tiempo, esto es, que la lengua castellana y sus hablantes están perseguidos en la Cataluña oficial, y que el nacionalismo se ha convertido en la única moneda de curso legal dentro de las fronteras del Principado. Por decir lo mismo otros han sido acusados de ultraderechistas peligrosos a sueldo de Madrid. Esperemos que se armen de coraje y perseveren en una causa que es justa y por la que merece la pena luchar.... aunque sea tarde.