Eso es lo que está intentado la Asociación de la Industria Discográfica de los Estados Unidos o RIAA. Sus responsables acaban de destaparse con nuevas denuncias a usuarios de P2P, es decir, a individuos que se valen de estos programas (Kazaa, E-Mule...) para descargar música en sus ordenadores personales. En total han sido 482 nuevas querellas que los juzgados norteamericanos tendrán que dar salida lo antes posible para que la medida sea efectiva.

Sin embargo 482 usuarios no es nada, absolutamente nada en comparación con la cifra millonaria de personas que diariamente se conectan a estas redes "puerto a puerto". En estos momentos, por ejemplo, a la red Kazaa hay conectados un total de 3.000.000 de personas en todo el planeta compartiendo ficheros de todo tipo, entre los cuales los de tipo musical son mayoría. ¿Va a denunciar la RIAA a tres millones de individuos de todo el mundo? Parece claro que no, y no por que lo desee sino porque es, simplemente, imposible. La piratería musical es una plaga que está haciendo estragos en la industria discográfica indudablemente, pero este tipo de medidas arbitrarias y propagandísticas lo único que van a conseguir es que ésta aumente y se se haga más sofisticada.