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Que nadie discrepe

Ya lo apuntaba nuestro colaborador Serafín Fanjul en una brillante columna a finales del mes de diciembre. "Que nadie discrepe, objetivo máximo del actual gobierno como paso previo al establecimiento final del PRISOE, un régimen de felicidad sin gales ni corrupción institucionalizada y de altísimo nivel cultural y cívico. En lo que quede de España dentro de veinte años, claro."

Los continuos ataques a la Iglesia, a los medios de comunicación no afines (que son muy pocos) y a todo aquel que se le ocurra poner en tela de juicio los desmanes patrocinados desde la Moncloa, confirman el vaticinio de Fanjul. Lo penúltimo, saltar a la yugular de una cadena de radio con un embuste difundido desde un grupo mediático al servicio del Gobierno. Lo último, utilizar al embajador destinado en Londres para seguir la pista del anterior presidente de Gobierno. ¿Qué será lo próximo?

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