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Regàs, sectarismo sin tasa

Las declaraciones de la recién estrenada directora de la Biblioteca Nacional son el enésimo insulto que los nuevos mandarines de La Moncloa están profiriendo contra la mitad del electorado. No vale la pena recurrir al clásico de "¿Qué hubiese pasado si el anterior director hubiese dicho lo mismo pero de Felipe González y el PSOE del Gal y Filesa?", y no vale la pena porque los blasillos de El País, los Gabilondos de la SER y los Valentines de Telecinco hubieran puesto el grito en el cielo. Al hombre no le hubiese quedado otra que dimitir.

La Biblioteca Nacional es de todos los españoles sin distinción del partido al que hayan votado. Si su directora habla en estos términos a apenas tres meses de haber sido elegida a esta respetable institución le espera una legislatura movida. Quizá el próximo movimiento de la Regás es purgar a los empleados de la Biblioteca para colocar a los buenos, a los suyos, a los de Cultura contra la Guerra. Todo es posible en la nueva España plural.   

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