La noticia no es que El Mundo haya demandado a Periodista Digital sino que haya tardado tanto y no sea acompañado por otros. El respeto que producen los artículos de Alfonso Rojo sobre asuntos internacionales se desvanece cuando dirige un diario cuya principal función es ganarse el pan con el sudor de la frente de los demás. El diario de los Rojo no está siendo demandado, como ridículamente alegan, "para evitar que la opinión pública conozca asuntos como la piscina ilegal de Pedrojota". Está siendo demandado por ladrón. Si realmente hubieran tenido interés en dar a conocer al público este asunto o cualquier otro hubiera sido sencillo hacerlo. Bastaba con hacer un periódico digital propio, no un pastiche compuesto por retazos robados a los demás. Llorar ahora no produce compasión, sino vergüenza ajena.